IMAGEN ES PERCEPCIÓN
La imagen de Jimmy Morales
Como dice el refrán: “El poder corrompe”, y ha quedado muy claro que a menos de cumplir un mes de gobierno el presidente Jimmy Morales y su vicepresidente han cometido una serie de errores y contradicciones que están generando en la población una sensación de desconfianza hacia estos dos personajes, que aun dándoles el beneficio de la duda podrían estar haciendo cosas buenas que parecen malas. Como estaba cantado desde el primer día de este gobierno, la ciudadanía no tendría la paciencia, ni tampoco estaría dispuesta a dar un compás de espera. La imagen que Jimmy Morales está generando es la de una persona que actúa sin rumbo ni dirección. Se ve como en la Luna, y pareciera ya estar copado por los mismos sectores de siempre. Luce como alguien sin independencia de acción e incapaz de solucionar realmente los problemas de fondo del país. Para los que quieren ser benevolentes, podrán decir que Morales es una pobre víctima del sistema corrupto y podrido de Guatemala, tratando de disculparlo. Pero entre que son peras o manzanas, la realidad es que hasta hoy el presidente no ha realizado nada concreto por solucionar los problemas de emergencia nacional. Obviamente nadie esperaba a un Superman, pero las pocas expectativas que había sobre la administración de Morales se han ido diluyendo cada día más.
Aún podría enderezar el timón, pero tendría que alejarse de las malas compañías y enfocarse en las necesidades del pueblo. Él habla bonito, pero la gente quiere acciones prontas y eficaces; además, que ni de chiste proyecte una imagen que represente al prototipo político chapín, que causa aversión en el imaginario colectivo, y ya lo están criticando por empezarse a parecer a este gremio.
Nadie olvida que Morales dijo que no era “ni corrupto, ni ladrón”; entonces que lo demuestre y le baje un poco a su larga caravana presidencial. Todo un show off, así como otras acciones de ostentosidad que le han sido muy criticadas. Uno de los aspectos que han olvidado por completo los protagonistas de la vida política es el manejo de una imagen pública coherente, pero sobre todo “acorde” a un país donde más del 50% de la población vive en pobreza y extrema pobreza. Aquí los exuberantes lujos y derroches no deben ser un error repetitivo ni permitido, debería pedirle algunos tips de humildad al digno expresidente uruguayo José Mujica.
El pueblo está cansado de personas oportunistas en el gobierno, ya es hora de hacer cosas buenas verdaderamente y transformar el país.
La imagen que genera el Gabinete de ministros de Jimmy Morales también le afecta directamente como presidente en su imagen pública, porque de cualquier error o acierto que estos funcionarios cometan, él es corresponsable por línea de mando, por lo cual es conveniente fiscalizarlos de cerca, exigirles un buen desempeño, para lograr alcanzar los resultados que se esperan de las diferentes carteras. Generar una imagen impecable, cuya esencia primordial radicará primeramente en cumplir con su deber, que traten de poner en práctica los conceptos de calidad y excelencia, que se hagan rodear de un equipo humano capaz y no de sus amigos; que utilicen un lenguaje propio en todo momento, que tengan una buena actitud, valores altruistas y apariencia física agradable y presentable.
En la medida que la población no tolere situaciones que generen una imagen pública impropia de cualquier tipo, entonces empezará a mejorar el panorama general de nuestro país. Urge sentar precedentes, y empezar a trabajar la reputación a partir de nuevas reglas que incluyan, sobre todo, escuchar el clamor popular.