En Morelia, capital de Michoacán (oeste), donde el papa oficiará una misa y se reunirá con jóvenes, y en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas (sur), donde el pontífice celebrará una misa con indígenas, se registra casi un 100 % de ocupación hotelera.
En la Ciudad de México y en el Estado de México, el porcentaje es del 65 %.
La entidad financiera Banorte aportará el sistema de pantallas y sonido de los eventos, Telmex se encargará de la fibra óptica y la tecnología en las salas de prensa y Aeroméxico trasladará al papa por el interior del país y de Ciudad Juárez al Vaticano, ejemplificó monseñor Eugenio Lira.
Todo esto se traduce en cifras gigantes. El viaje del sumo pontífice dejará un beneficio económico similar al de la Navidad, unos 2 mil 500 millones de pesos (unos US$133 millones), según el periódico El Financiero que se basa en previsiones de cámaras empresariales.
Solo en la Ciudad de México se espera que la visita genere unas ganancias de 870 millones de pesos (US$46.3 millones), informó la Secretaría de Turismo del Distrito Federal.
No obstante, aunque Francisco es el primer papa latinoamericano, el fallecido Juan Pablo II, quien visitó cinco veces México, sigue teniendo mucha popularidad.
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Mayores ventas
“Casi no piden imágenes del papa Francisco, piden más del papa Juan Pablo, yo acabo de tener unas postales del papa Francisco y casi todas las regalé. No las vendo”, dijo a Efe Leticia Guevara, empleada en una parada del Pasaje Guadalupano, un centro comercial de productos religiosos.
Para Guevara, que en su chiquita tienda vende figuras de Juan Pablo II junto con otras de la Santa Muerte o de Malverde, el santo de los narcos, la baja demanda de productos del papa Francisco se debe a que “no desprende tanto amor” como su antecesor polaco.
Ulises, vendedor especializado en cuadros e imágenes, cree que la falta de demanda se debe a que Francisco, de 79 años, todavía es joven en el cargo: “Es que este todavía está llegando. ¿No?”
En La Guadalupana, un tienda gigante ubicada debajo de la Villa de Guadalupe, donde el papa oficiará una misa este sábado para la que se han repartido más de 35 mil entradas, están más preparados.
“Podemos encontrar cuadros, rosarios, pines y películas. También gobelinos (tapices), rosarios, llaveros y medallas. Tenemos precios para todos los bolsillos”, señaló la encargada de la tienda, Beatriz Gutiérrez, ufana de enseñar los múltiples souvenirs de Francisco.
Desde medallas a 10 pesos (US$0.53) a un cuadro de 669 pesos (US$35.5) en el que aparecen juntos Francisco y la Virgen de Guadalupe.
“Con un personaje como el papa se incrementan las ventas. Sobre todo de sus productos”, remarcó Gutiérrez, quien recordó que los souvenirs de Juan Pablo II, santificado en 2014, se “venden siempre”.
Llegada desde Bogotá, Colombia, Pilar Restrepo, una “ferviente devota guadalupana”, lamenta volver a su tierra antes de la visita papal. “En souvenirs del papa y de la Guadalupana quisiera gastarme entre 2 mil y 3 mil pesos mexicanos (US$107-US$160), todo lo más que pueda”, subrayó.
Esta visita impactará en más sectores, como es el caso de una docena de artesanos y carpinteros del occidental estado de Jalisco que elaboran a contrarreloj muebles y accesorios que el pontífice utilizará.
O los tres papamóviles de manufactura mexicana y fabricados por Chrysler.
Sobre el costo total de la visita, la Conferencia del Episcopal mexicana no tiene un dato claro.
“Es un tema difícil de precisar porque ha habido una excelente respuesta por parte de muchos patrocinadores”, dijo a Efe el coordinador general del evento, monseñor Eugenio Lira.
Las principales compañías del país han querido apoyar la visita del pontífice, una excelente publicidad en un país con 93 millones de católicos, el 84 % de la población.