El aparato implantado mediante un catéter captará las señales cerebrales para que los pacientes puedan desplazarse tras la emisión de órdenes de sus mentes a una especie de esqueleto externo robótico unido a sus extremidades.
El estentrodo es capaz de registrar las señales eléctricas cerebrales en los conductos sanguíneos cercanos al cerebro, los cuales son capturados a través de unos electrodos externos.
Después las señales son decodificadas por un computadora, que los transmite de forma inalámbrica a través de la piel al esqueleto artificial para permitir el movimiento.
Más de 15 milones de personas tienen infartos en el mundo cada año; un tercio de ellos quedan con discapacidad.
La técnica, desarrollada conjuntamente por la Universidad de Melbourne, el Hospital Real de Melbourne y el Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental, también podría ayudar a los pacientes con párkinson, enfermedades neuromotoras, desórdenes obsesivos y depresión.
También se espera que el aparato, ideado por el neurólogo australiano Tom Oxley, pueda ayudar a predecir y gestionar los ataques epilépticos.
El supervisor del proyecto, Terry OBrian, del Hospital Real, calificó esta técnica como un “santo grial” de la medicina porque “por primera vez hemos sido capaces de demostrar y desarrollar un aparato que puede ser implantado sin tener que realizar una gran operación”.
La técnica, que ha sido publicada en la revista científica Nature Biotechnology, ya fue experimentada en animales y si tiene éxito en la primera prueba con seres humanos será comercializada en los siguientes seis años, agregó la fuente.
Aunque la nueva técnica tenga éxito, el paciente podría tardar meses o incluso años en poder caminar o hablar de nuevo en este proceso, cuyo aprendizaje ha sido comparado al de tocar un piano.
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Video demuestra cómo funciona el dispositivo. Tomado de YouTube.
“Uno sabe que las manos son físicamente capaces de tocarlo, pero uno no entiende la secuencia para tocar las notas. Se necesita tiempo para que las manos aprendan a tocar el piano”, explicó Oxley.