Aquellas fotografías desataron un escándalo internacional y condujeron a varias condenas de soldados estadounidenses que fueron sometidos a corte marcial.
En las fotos divulgadas el viernes, se preserva la identidad de quienes aparecen en cada toma y hay poco o ningún contexto que sugiera de qué forma resultaron lesionados.
La divulgación de las fotografías se produjo luego de un reclamo de la asociación de defensa de las libertades civiles ACLU en el 2004 ante la justicia alegando el respeto a una ley de libertad de información para la publicación de unas dos mil fotos.
Luego de varios años de negativas, el actual secretario de Defensa Ashton Carter decidió levantar en noviembre pasado el veto sobre 198 de esas imágenes.
La ACLU deploró que las autoridades no hayan divulgado más que una pequeña porción de las fotografías.
“Estas imágenes seleccionadas pueden inducir al público al error acerca del auténtico alcance de los abusos”, dijo Jameel Jaffer, director adjunto de asuntos jurídicos de la oenegé.
“Ilustran apenas una pequeña parte” de la “tortura aplicada por el gobierno estadounidense”, señaló en tanto Naureen Shah, de Amnistía Internacional, en un comunicado.
Al menos un integrante del servicio fue sentenciado a cadena perpetua como resultado de las investigaciones sobre los hechos registrados por los fotos, dijo el Pentágono, que declinó proporcionar más detalles.
“Estas fotos provienen de investigaciones criminales independientes sobre acusaciones de mala conducta por parte de personal estadounidense”, dijo un portavoz del Departamento de Defensa.
“Las investigaciones sustanciaron aproximadamente 14 de las acusaciones, mientras 42 de las acusaciones no fueron sustanciadas”, agregó.
Indicó que 65 efectivos recibieron alguna forma de disciplina, desde cartas de reprimenda hasta cadena perpetua.
