Salud y Familia

¿Cuáles son las cinco dietas más peligrosas?

Enero es el mes de las dietas, ya que muchas personas desean bajar de peso o eliminar las libras que ganaron durante las fiestas de fin de año. Sin embargo, cualquier cambio drástico en la alimentación debe estar supervisado por un nutricionista.

Las dietas deben estar evaluadas y supervisadas por expertos en nutrición. (Foto Prensa Libre: EFE)

Las dietas deben estar evaluadas y supervisadas por expertos en nutrición. (Foto Prensa Libre: EFE)

Adelgazar es uno de los propósitos más extendidos cuando empieza el año, pero para conseguirlo no todo vale. En este sentido, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha estudiado las dietas de moda y ha elaborado una lista con las cinco menos convenientes.

Según explica esta entidad, los regímenes de esta lista “son demasiado restrictivos e incompatibles con la vida social habitual, prometen perder mucho peso en poco tiempo y, a menudo, recurren a productos naturales a los que atribuyen poderes milagrosos”.

Del mismo modo, advierte de que dejan una profunda huella en la salud, con múltiples efectos secundarios y un posterior efecto rebote. “Son insostenibles a largo plazo y totalmente desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable”, destaca.

Así, las monodietas a base de limón, manzana, piña o sirope de savia ocupan el primer puesto en el top 5 de IMEO entre las dietas menos aconsejables, ya que son extremadamente restrictivas en calorías, muy desequilibradas y con un efecto rebote garantizado.

La dieta del limón

La dieta del limón, a menudo se utiliza para “bajar una talla de pantalón en una semana”, exponen los especialistas de IMEO. En este sentido, detallan que consumir en exceso un ácido tan potente es perjudicial y obliga a nuestro organismo a utilizar sus sistemas de compensación gastando muchos oligoelementos.

La carencia de estas sustancias “puede conducir a la aparición de enfermedades como diabetes, hipertensión y anemia, entre otras”, según indican.

Además, afirman que la recuperación de las libras perdidas está casi asegurada y señalan que esta forma de perder peso está especialmente contraindicada “para personas con problemas de reflujo, acidez de estómago, ácido úrico elevado o estreñimiento”.

Dietas frutales

Las dietas de la manzana y la piña se han hecho especialmente populares luego de las fiestas navideñas debido a sus propiedades diuréticas y depurativas.

“Son frutas que no contienen proteínas, por lo que a la hora de perder peso eliminaremos principalmente masa muscular y, cuando terminemos la dieta, volveremos a recuperar el peso con gran facilidad”, apunta Estefanía Ramo, dietista-nutricionista de IMEO.

La experta añade que “se trata de dietas especialmente perjudiciales para las mujeres durante la menopausia”.

Respecto de la dieta del sirope de savia, los especialistas de IMEO subrayan que “desatiende por completo las necesidades del organismo humano y está totalmente contraindicada en adolescentes, personas en crecimiento y de la tercera edad”.

La dieta de las 500 kilocalorías

La dieta de las 500 kilocalorías (kcal) consiste en hacer un par de días de ayuno a la semana, consumiendo un máximo de 500 kcal. En muchos casos, se recurre a sustitutos de comidas como barritas o batidos, que no contribuyen a crear unos correctos hábitos alimenticios.

Asimismo, señalan que con la dieta de las 500 kcal “es fácil perder entre cinco y seis libras a la semana, pero la insuficiente cantidad de proteínas consumida se verá reflejada sobre todo en la pérdida de masa muscular”.

También destacan que los riesgos que asumen quienes siguen esta dieta son numerosos: “deficiencias nutricionales, anemia, osteoporosis, falta de vitalidad, problemas en la piel a corto plazo, desórdenes alimentarios, ansiedad y sensación de hambre constante.

Jugos multivitamínicos

Las dietas menos indicadas es la de los jugos multivitamínicos. Está diseñada a base de bebidas hechas de frutas, verduras y hortalizas.

“Contiene vitaminas y minerales, pero una cantidad muy reducida de proteínas y grasas, por lo que es un planteamiento incompleto e insostenible en el tiempo, con riesgo de perder masa muscular y de provocar una hipervitaminosis”, expone el IMEO.

“Los preparados multivitamínicos no son un comida líquida para adelgazar, ni cumplen con los requerimientos nutricionales y proteicos de una comida principal”, recuerda Bravo.

El especialista detalla que, al ingerir la fruta y la verdura trituradas, omitimos la masticación y la insalivación, una parte del proceso digestivo que puede influir en el efecto de saciedad, de modo que su ausencia acentuaría la sensación de hambre. Por tanto, una dieta de este tipo nunca debería durar más de 48 horas”, asegura.

Cero carbohidratos

Por último, el IMEO señala a la dieta de cero carbohidratos como una de las menos aconsejables.

Se trata de un método para perder peso que ha cobrado especial fuerza en Estados Unidos. Es una evolución de la conocida dieta cetogénica, que guarda muchas similitudes con la famosa dieta Dukan.

La dieta de cero carbohidratos permite perder peso de forma rápida. “Al no introducir hidratos de carbono (cereales, legumbres, vegetales y fruta), que son nuestra principal fuente de energía, se obliga al organismo, que no dispone de glucosa suficiente en la sangre, a agotar las reservas de glucógeno en el hígado y los músculos”, explica la nutricionista Andrea Marqués.

“Los cuerpos cetónicos o cetonas son unos productos de desecho de las grasas. Se producen cuando el cuerpo utiliza las grasas en lugar de los azúcares para generar energía. En una persona con diabetes se dan cuando no hay suficiente insulina para meter la glucosa dentro de las células. Las células creerán entonces que no hay azúcar y utilizarán las grasas como fuente de energía”, precisa la Fundación para la Diabetes.

Esta entidad añade que, cuando una persona sin diabetes está en ayunas durante muchas horas o está vomitando mucho, también se pueden producir cetonas. En este caso, ocurre por falta de glucosa pues, al faltar el azúcar, las células quemarán las grasas para obtener la energía que necesitan.

“Si mantenemos esta dieta a medio o largo plazo sin la supervisión de un profesional de la nutrición que nos indique qué precauciones debemos tomar, las consecuencias pueden ser aún más perjudiciales. Estas pueden ir, desde pérdidas de calcio a nivel renal por el exceso de proteína y, por lo tanto, descalcificación ósea; pasando por una pérdida notable de masa muscular e incluso arritmias”, advierten.

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