Los precios del petróleo caían este lunes al finalizar los intercambios europeos, lastrados por el pesimismo de los inversores que no ven actualmente ningún motivo para que aumenten y adoptan posiciones vendedoras, lo que ha provocado su caída a muy bajos niveles.
Hacia las 17H15 GMT, el barril de crudo Brent del mar del Norte, para entrega en febrero, cotizaba a US$31.91 en el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, lo que significa una caída de US$1.64 respecto al cierre del pasado viernes.
En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de “light sweet crude” (WTI), referente estadounidense, para la misma entrega, perdía US$1.43, hasta los US$31.73.
Caída histórica
Desde mediados de 2014, las cotizaciones del crudo se han hundido un 65% y solamente en 2015 han perdido un 35%.
Los precios del WTI y del Brent padecen la abundantísima oferta de crudo en el mercado, que impide una recuperación de las cotizaciones.
Además, “los precios tocan un nuevo suelo en la estela de las tensiones crecientes entre Arabia Saudita e Irán, que anulan cualquier esperanza de que los miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) puedan ponerse de acuerdo sobre una reducción de la producción”, explica Lukman Otunuga, analista de FXTM.
Estos dos países, grandes potencias regionales rivales, pertenecen al cártel petrolero.
Michael van Dulken, analista de Accendo Markets, coincide por su lado en que la situación irano-saudí no va a permitir una reducción de la producción en la OPEP ya que Irán se opondrá a cualquier merma en la oferta, ahora que se dispone a retornar al mercado petrolero, una vez que las sanciones occidentales contra Teherán sean levantadas tras el histórico acuerdo nuclear suscrito en julio de 2015.
Los precios del crudo aceleraron su derrumbe en diciembre pasado después de que la OPEP, cuyos miembros producen algo más de un tercio del petróleo mundial, decidieran mantener sin cambios su nivel actual de producción pese a la debilidad de las cotizaciones.
Este inmovilismo del cártel penaliza fuertemente a algunos de sus miembros, como Venezuela, Argelia, Nigeria o Ecuador, muy dependientes de la renta petrolera, de donde obtienen la mayoría de sus divisas.
La producción de los países de la OPEP se sitúa actualmente en torno a los 32 millones de barriles diarios (mbd).