URBANISMO Y SOCIEDAD
Ilegibilidad, contaminación y tránsito
Hace ya más de cuatro años preveía la crisis del transporte en la Ciudad de Guatemala. A raíz del terremoto que destruyó Antigua Guatemala, la estructura original de Felipe II se repetiría en Guatemala de la Asunción cuando se trasladó hace 230 años al Valle de la Ermita, el 2 de enero. La nueva ciudad quedaría cercada por barrancos que le darían un marco de defensa, pero con el tiempo van a ser los limitantes de la expansión de su desarrollo integral.
Actualmente se rumora en los cuerpos técnicos, en la descentralización y en formular una conurbación, en procura de alcanzar el desarrollo de las actividades y los servicios básicos comunes a las distintas poblaciones con un centro de mayor jerarquía: la “metrópoli”. Esto sería la mejor alternativa para lograr una planificación armónica e integral con las subregiones conurbadas del departamento de Guatemala. Decía que de acuerdo con el último censo en la ciudad hay 2.149,107 personas, pero considerando su área metropolitana, de acuerdo con el INE, alcanza un estimado de 4.703,865 habitantes y que en el 2020 se duplicará.
Pero las últimas administraciones municipales del municipio de Guatemala, con una falta de visión territorial, le pusieron letrero de: “Aquí termina el municipio de Guatemala”. En el POT de 2006, la municipalidad invitó a las comunas vecinas en mancomunidades sectoriales que serían inicialmente Villa Nueva, Mixco, pero su influencia fue muy limitada. Esta idea se encontró con dificultades para establecer políticas regionales, pues la Constitución —en el artículo 231— “establece lo relativo a la organización administrativa de la región metropolitana, que debe ser determinada por una ley”.
Esto ha traído problemas en que el medioambiente urbano se ha ido deteriorando poco a poco, de manera que habrá que buscar una fórmula para establecer este equilibrio armónico. Dentro de todo esto, decía además que la contaminación visual es otra de tantas cosas que están afectando la calidad de vida de la ciudad y que deterioran el ambiente urbano-arquitectónico. Se ha llegado al colmo de convertir las fachadas en grandes carteles propagandísticos. Aquellas épocas en búsqueda de la creatividad arquitectónica pasaron a la historia. Ahora han quedado, en muchos casos, en un cartel de propaganda. En que la fachada del edificio está perdida entre letras y planchas de propaganda. La pregunta del millón: ¿Qué pasó con la arquitectura en la capital de la cultura?
Por otro lado se han producido los atascos del tránsito, producto de que todos los servicios públicos y privados se concentran en la Ciudad de Guatemala, al que a ellos fluyen. Esto ha generado la contaminación respectiva, en especial los que habitan en los municipios vecinos convertidos en ciudades dormitorio. Pues el municipio de Guatemala concentra el 45% del empleo, con una serie de centros comerciales, el 68% de los establecimientos industriales, el 68% de los vehículos del país, donde se recibe el 78% de la inversión privada. Ante esto coincidimos con el Colegio de Ingenieros: “La estructuración de un Anillo Metropolitano para promover la interrelación entre municipios y generar la descentralización urbana, ya que la Ciudad de Guatemala rebasó hace tres décadas los límites político-administrativos y se ha desbordado hacia los municipios vecinos. Con esto se estaría ampliando el espacio territorial con la creación de una oferta de tierra urbanizable. Así, ahí se descentralizarían una serie de actividades urbanas, apoyada por sistemas eficientes de transporte, como el de trenes, que ya existía en el EDOM y que se podría rescatar.