“También estará mi amigo Pablo Larraín, con el que trabajé en No”. Larraín, de Chile, compite por el Globo de Oro a la mejor película extranjera con El Club y este año estrenará Neruda, en la que García Bernal interpreta al inspector Óscar Peluchoneau.
“Es el perseguidor de Neruda”, señaló el actor el jueves en una entrevista telefónica desde Los Ángeles. “Lo que hicimos nosotros es una aproximación muy divertida y muy libre de estos hechos históricos. Es un poco lo que sucede con el No: a raíz de algo que sucedió nosotros armamos una fábula. … Quien quiera ver la vida real de Neruda es mejor que lea una biografía”.
Para García Bernal, cuyos créditos incluyen Diarios de motocicleta y La mala educación, esta es su primera nominación a los Globos de Oro y todavía no sabe exactamente qué se pondrá: “Por lo menos tengo la idea y la idea ya es suficiente”.
“La noche en sí es muy divertida, conoces a mucha gente, te la pasas bien, te pones una borrachera suave, te diviertes”, dijo.
El actor se mide por el premio con Aziz Ansari (Master of None), Rob Lowe (The Grinder), Jeffrey Tambor (Transparent) y Patrick Stewart (Blunt Talk).
Mozart in the Jungle, basada en la novela homónima de la estadounidense Blair Tindall, compite también en la categoría de mejor serie musical o de comedia junto con Casual, Orange is the New Black, Sillicon Valley y Transparent.
Sobre su papel en la serie García Bernal destacó al músico venezolano Gustavo Dudamel, director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, como una de las inspiraciones.
“Dudamel definitivamente es un punto de referencia porque aparte de que es muy joven tiene una energía muy vibrante, es un genio que le mete un impulso muy interesante a la música clásica”, apuntó. “La inspiración en ese sentido es tácita también porque el personaje no existiría si no fuera por Dudamel, no sería un latinoamericano el director de la orquesta si no fuera por él”.
Pero su Rodrigo además de genio vive en una explosión constante de sentimientos e inevitablemente se involucra con algunas de las instrumentistas a las que dirige.
“Me gusta la completa locura que tiene, porque la envidio hasta cierto sentido. Yo no podría actuar con tanta impunidad ante la vida”, reconoció García Bernal. “Esa excentricidad me parece fascinante”.