En ese acto se dará a conocer el documento íntegro del acuerdo, cuyos detalles no han trascendido y que abarca los componentes de verdad, reparación y garantías de no repetición, además del sistema de justicia transicional que se aplicará a los responsables del conflicto.
El pasado 23 de septiembre ya se anunciaron las líneas maestras de esa jurisdicción especial para la paz con la presencia del presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, que protagonizaron en La Habana un histórico apretón de manos que marcó un punto de inflexión para el proceso de paz.
50 años lleva el conflicto entre el gobierno de Colombia y las Farc.
200 mil muertos han dejado cinco décadas de enfrentamiento.
Ese acuerdo inicial sobre justicia contempla una jurisdicción especial para todos los implicados en la guerra, con beneficios para quienes admitan su responsabilidad.
Sin embargo, la negociación de los flecos de ese documento base ha sido en las últimas semanas el principal escollo para el cierre del punto sobre víctimas, por las diferencias entre las partes en asuntos como la concreción de la privación de libertad “en condiciones especiales”, las extradiciones o la forma de elección de los magistrados del tribunal especial de paz, entre otros.
A la espera de conocer cómo se han resuelto esos temas espinosos, portavoces de ambos equipos negociadores coincidieron hoy en expresar su satisfacción por haber conseguido cerrar un acuerdo que calificaron como “trascendental” y como “un paso importante” hacia la paz.
“Hemos cerrado satisfactoriamente la Jurisdicción Especial para la Paz y el acuerdo parcial sobre el punto VÍCTIMAS”, escribió en su cuenta de la red social Twitter el jefe de los negociadores de la guerrilla, “Iván Márquez”, Luciano Marín Arango.
El acuerdo que se anunciará mañana será el cuarto que se alcanza durante el actual proceso de paz —que comenzó hace más de tres años— tras haber consensuado los puntos sobre tierras y desarrollo rural, la participación política de la guerrilla y drogas y narcotráfico.
El de víctimas ha sido sin embargo el que más tiempo les ha tomado a los negociadores, que abrieron las conversaciones sobre este punto en agosto de 2014 y que incluyó la participación directa en la Mesa de La Habana de cinco delegaciones de afectados por la guerra en Colombia.
Durante el debate de este punto, el proceso de paz ha sufrido numerosos altibajos, momentos de crisis y también avances importantes como los acuerdos para un plan de desminado en Colombia o para la búsqueda de desaparecidos durante el conflicto.
El acuerdo sobre víctimas llega también a pocos días de un simbólico reconocimiento de responsabilidad por parte de las FARC ante las comunidades afrocolombianas e indígenas de Bojayá, en el departamento del Chocó (oeste), donde en mayo de 202 murieron al menos 79 personas y más de 100 resultaron heridas por la explosión de un cilindro bomba lanzado por miembros de esa guerrilla.
Un gesto que el presidente Santos destacó como un acto significativo y necesario en la ruta de la paz.
Tras concluir el punto de víctimas, el proceso de paz colombiano encara su recta final para completar el último, y no menos complejo, punto de la agenda que pactaron las partes: el fin del conflicto.
Un capítulo que incluye, entre otros aspectos, las condiciones del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo o la dejación de armas por parte de la guerrilla, que según el acuerdo sobre justicia se realizará en un plazo de 60 días después de la firma del acuerdo definitivo de paz.
Para preparar el fin del conflicto trabaja desde hace más de un año una subcomisión técnica de carácter consultivo (no es una instancia negociadora) conformada por altos mandos militares colombianos y guerrilleros de las FARC.
Tras el acto sobre el acuerdo de víctimas anunciado para mañana, el proceso de paz colombiano entrará en un receso por las fiestas navideñas y fin de año con la previsión de retomar las negociaciones en La Habana en el mes de enero.