También se tomó información de primera mano de las familias que han sido propietarias de algunas fincas durante generaciones. Buscamos ser muy veraces y exactos, por lo que decidimos no incluir información de carácter dudoso o incierto.
Como ya expliqué, invitamos a los coleccionistas, a través de la Asociación Numismática de Guatemala, a incluir sus piezas dentro de este catálogo con el objetivo de fomentar una convocatoria formal y oficial. También invitamos al Círculo Numismático de La Antigua Guatemala y al Club Numismático del Centro Histórico, y la respuesta positiva fue impresionante.
Entonces, nos preguntamos: ¿Qué hacer para involucrar a tantas personas que seguramente tenían más de alguna ficha, pero que no pertenecen a ninguna asociación?… Para lograr esto, convocamos la participación a través de diferentes medios de comunicación.
La sorpresa fue que ¡recibimos más de 300 correos electrónicos de personas que deseaban integrar su colección al proyecto! Dicha respuesta quintuplicó nuestros esfuerzos ya que fue necesario darle seguimiento a cada caso particular, hacer cita, recibir las fichas, clasificarlas, fotografiarlas y cotejarlas para verificar que fueran originales.
Podría escribir un libro con las abundantes historias sobre este proceso que resultó complejo y a la vez enriquecedor por el contacto humano y la interacción que generó. Hicimos un viaje a Alta Verapaz y otro a Retalhuleu con el fin de acercarnos a personas propietarias de fichas.
Especialmente recuerdo a una señora de Retalhuleu cuya condición para mostrar las fichas que poseía era que yo estuviera presente. También recuerdo con aprecio a un señor, que junto a su hijo pequeño, acudió a la cita para compartirnos sus fichas. El niño era el coleccionista involucrado en la tarea y en su rostro era tan notoria la fascinación por la colección de fichas, que le mostré algunas que yo tenía repetidas y le dije: “escogé tres”. Luego de que la incredulidad se borró de sus ojos, pasó largo rato escogiendo cuidadosamente las tres fichas que se llevaría para agregar a su colección.
Al hacer un recuento, podemos decir que el 19% de las fichas que se muestran en el libro son propiedad de personas que colaboraron, el resto son de mí colección, así que este es un exitoso proyecto cooperativo que nos llena de satisfacción. En total, publicamos 3,503 fichas, incluyendo las comerciales…
Sinnúmero de Fichas
Ahora bien, a propósito de los antecedentes históricos, nadie en este mundo sabe cuántas fichas se emitieron durante el tiempo que funcionó este sistema de pago, ya que no se numeraban, y no existe un registro confiable de su fabricación, ni datos legales de su emisión. Estamos conscientes de que no logramos fotografiar todas las fichas que se conocen, ya que constantemente nos ofrecen más…
Por otro lado, como se explica más adelante en el Prólogo de los historiadores Jorge Luján y Cristina de Luján y en el capítulo Acercamiento a la historia, y uso de las fichas de finca en Guatemala, de Alfonso Pérez Longo y Edgar Quisquinay Rojas, lo complicado que era el problema de la falta de moneda circulante en Guatemala en esa época, que el comercio también utilizó fichas.
En este Catálogo se incluyen fichas de hoteles y restaurantes, en un capítulo separado de las fichas de finca. ¿Cómo funcionaban? No lo sabemos con exactitud, solo se tiene noticia de que podían cambiarse por servicios a futuro, y a veces, sustituían el cambio de moneda legal, cuando el comerciante no tenía suficiente efectivo. Así que podemos decir que las fichas fueron instrumentos de mercadeo cuyo alcance rebasó a la agricultura y benefició al comercio; de esa forma se hace evidente el mega problema que solucionaron.
Las fichas de finca son un eslabón importante en la historia del país…