CON OTRA MIRADA
El arte, relator de la historia
El arte nos permite conocer el desarrollo de las civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad. La historia reciente no es la excepción, como tampoco lo es para los guatemaltecos, que al final de la década de los años 50 del siglo XX experimentamos importantes cambios urbano-arquitectónicos ligados a acciones políticas que incidieron en el devenir artístico.
Fueron estas: A) Demolición de la colina de El Calvario, frente a la 18 calle, en donde terminaba la Calle Real (actual 6ª avenida) y junto a esta, la traza de la Nueva Guatemala de la Asunción, abriendo su ampliación hacia la zona 4. B) Construcción de la Ciudad Olímpica, que permitió la urbanización de la Barranquilla, interconectando la zona 1 con las 4 y 5, en donde se abrió la 10ª avenida, del puente del ferrocarril al monumento a la Introducción del Ferrocarril, al inicio de la actual avenida La Reforma, y C) Construcción del Puente Olímpico como prolongación de la 24 calle, de la 7ª avenida a la calle del Estadio.
El Centro Cívico fue inspirado en la corriente de la arquitectura de vanguardia, que consideró la integración de las artes plásticas a la arquitectura, definiéndose el concepto Corazón de Ciudad, en el que los espacios abiertos tuvieran la importancia y función del Ágora para los griegos y el Foro para los romanos.
Sus autores supieron interpretar criterios urbanos y arquitectónicos de la civilización maya y del período colonial: muro en talud y plataforma en la que se asienta el edificio del Seguro Social (IGSS), y la planta cuadrada con patio central del Crédito Hipotecario Nacional. Del puente en piedra del ferrocarril sobre la 7ª avenida surge el talud del IGSS, en cuya prolongación el maestro Roberto González Goyri planteó, en 1959, su mural La Nacionalidad Guatemalteca, que da apoyo a las escalinatas del ingreso principal. Su lectura es de norte a sur, según se baja la leve pendiente de la calle.
El relato empieza con cuatro animales que transportan en alto, sobre sus cabezas, una mata de milpa con mazorcas, que de acuerdo al Popol Vuh llevan ante los dioses para crear al hombre, luego de infructuosos intentos con otros materiales. Le sigue la creación de la especie humana, hecha de maíz. Con la raza ya fundada, llega el desarrollo cultural, simbolizado por una mano en cuya palma se dibuja un caracol, símbolo del “cero”, importante aporte maya a la cultura mundial.
Le sigue el choque de las culturas. Los soldados españoles acorazados, enfrentando a guerreros con máscara y piel de sus nahuales. Dominan la escena amenazantes lanzas horizontales; en la retaguardia, un clérigo apoyado en una cruz, contenido por un soldado. La historia continúa bajo una nueva arquitectura, donde un fraile adoctrina a los indígenas, creando la cultura colonial y surgiendo el sincretismo religioso. Dolores Bedoya de Molina marca el momento de la independencia, indicando la ruta de la nueva nación.
' El bien logrado mural en concreto es ejemplo del arte como medio de expresión civilizadora.
José María Magaña
La narración culmina con la escena de las revoluciones cívicas en contra de las tiranías del siglo XX, cerrándose el ciclo iniciado con los relatos del Popol Vuh.
El bien logrado mural de Roberto González Goyri, en concreto, fundido in situ, es ejemplo del arte como medio de expresión civilizadora. Fue restaurado por el arquitecto Luis Iriarte, con la supervisión del también colega Roberto Barillas, por parte del IGSS. Los trabajos fueron inaugurados el 22 de mayo, que incluyeron su iluminación.
Enhorabuena a la Dirección del IGSS, colegas restauradores y profesional mano de obra involucrada.