Durante la inauguración oficial el lunes 30 de noviembre, los diferentes mandatarios centroamericanos que pasaron por la tribuna de la COP21 llamaron a reconocer explícitamente al istmo centroamericano como una región vulnerable, un reclamo que no cuajó en el borrador final negociado durante la primera semana de conferencias.
El borrador presentado este sábado, que los ministros deberán debatir la próxima semana antes de alcanzar un eventual acuerdo, sólo reconoce finalmente las necesidades especiales de los pequeños estados insulares y de los países menos desarrollados, entre ellos el único americano: Haití.
El negociador salvadoreño Salvador Nieto, cuyo país ejerce la presidencia protémpore del Sistema de Integración de Centroamérica (SICA), había indicado que los ocho países centroamericanos incluidos en este órgano regional estaban abiertos a textos que, sin nombrar explícitamente la región, utilizaran fórmulas incluyentes.
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Unidos en la vulnerabilidad
Aunque Centroamérica se muestra unida, está repartida en diferentes grupos de negociación ya que el SICA no está considerado como tal, explica la secretaria ejecutiva de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) -dependiente de este último-, Christa Castro, para quien esto “es positivo para generar una estrategia de construcción”.
Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala integran la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe, mientras que Nicaragua va de la mano de los países bolivarianos del ALBA. Pero todos forman parte del G77+China, el mayor grupo de negociación formado por 134 países en vías en desarrollo y donde mantienen una posición unida sobre la vulnerabilidad.
Castro pone como ejemplo de esta vulnerabilidad las lluvias torrenciales y las sequías de estos últimos años que dejaron daños materiales y humanos.
Además, las catástrofes naturales “vuelven a mermar las economías de los países pobres” porque en momentos de emergencia deben transferir fondos destinados, por ejemplo, a la construcción de carreteras o puentes a hacer frente a estas situaciones de emergencia y atender a la población.
A modo de ejemplo, el informe anual del instituto Germanwatch revelaba esta semana que los fenómenos climáticos extremos dejaron un total de 525 mil muertos y pérdidas materiales por US$2.97 billones entre 1995 y 2014.
Honduras fue el país más golpeado durante este período y entre los 10 más afectados también se encuentran Nicaragua y Guatemala, según los “índices de riesgo climático” de Germanwatch.
Con todo, los países centroamericanos no pierden la esperanza de lograr el reconocimiento de vulnerabilidad de la región y el acceso a fondos, a partir del lunes, cuando los ministros empiecen a asumir las negociaciones.
“Vamos a seguir trabajando nuestra estrategia tanto a nivel político como diplomático, como al nivel de las negociaciones. Estamos seguros de que vamos a salir con un buen acuerdo”, espera Nieto.