Entre los hábitos que conviene adoptar para mejorar la calidad del descanso está acostarse a la misma hora cada noche y levantarse a la misma hora todos los días; si no se concilia el sueño en 15 minutos, levantarse, hacer algo relajante y volver a la cama; la actividad física moderada puede ayudar a favorecer el sueño; evitar comidas excesivas, con cafeína o ricas en grasa antes de acostarse y evitar las siestas, especialmente por la tarde.
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