Llegó con dos de sus hijas, su cuñada y otros familiares, después de manejar más de una hora desde San Bernardino hasta el punto de reunión en North Hollywood.
La mexicana dijo que ella ni su esposo tienen autorización para vivir legalmente en el país, pero que sus tres hijos nacieron en EEUU.
“Vinimos a dar gracias porque estamos en este país, apoyando a nuestros hijos para que sepan lo que tenemos que hacer para lograr algo” , dijo Martínez antes de salir a la Iglesia Católica de Nuestra Señora del Santo Rosario, en Sun Valley, donde se realizó una misa.
La marcha y misa se realizó un día antes del Día de Acción de Gracias, tradición estadounidense que festeja el espíritu de agradecimiento.
Fue organizada por la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles.
Media decena de inmigrantes entrevistados por The Associated Press dijeron sentirse agradecidos con la vida por vivir en Estados Unidos, pero a la vez querían pedir a Dios mejoras migratorias que les permitan vivir sin preocupaciones.
Los planes de reforma migratoria se encuentran estancados en el Congreso, mientras que un plan del presidente Barack Obama para dar alivio migratorio a inmigrantes con hijos estadounidenses ha sido apelado ante la Corte Suprema.
Los inmigrantes, jóvenes y niños marcharon dos millas (tres kilómetros) hasta el templo, un sacrificio para Alejandro Escobedo, quien hace cinco años fue operado de la columna y desde entonces está discapacitado.
“Vamos a hacer un sacrificio por la causa” , dijo el inmigrante mexicano, quien llegó con su hija Jaqueline, de 10 años. Escobedo dijo que tiene permiso para vivir legalmente en el país, pero que participaba en la marcha por su esposa, quien no tiene autorización.
“Apoyo para tener algo, para estar legalmente y no tener miedo de que alguien de inmigración pueda llegar y nos puedan deportar” , agregó.
Ese mismo miedo hizo que Olga Coronado trajera a sus cuatro hijos a la marcha, incluyendo a su nene de un año. “Ni bien oímos a los perros ladrar, corremos porque pensamos que es la inmigración” , dijo Coronado, quien vive en el país sin autorización, al igual que su esposo.
Otros como Mercedes Artiga participaron por solidaridad.
La salvadoreña dijo que es residente legal desde hace muchos años y que está pensando nacionalizarse.
“Es la primera vez que marcho en mi vida y estoy aquí para pedir mejoras, que le den papeles a la gente” , puntualizó.