Los reikistas son quienes aplican esta terapia, quienes han pasado por un aprendizaje de primer, segundo y tercer nivel o maestría, y adquieren el compromiso de enseñarla.
Esta terapia aprobada como complementaria —integrada al tratamiento médico convencional— por la Organización Mundial de la Salud, contribuye a tratar dolencias de cualquier tipo, derivadas del cáncer, migraña, hipertensión, estrés o sida. “Aunque no sana totalmente, le brinda al paciente mejor calidad de vida”, dijo Dahinten.
En relación con la credibilidad científica, la terapista explicó que se han efectuado investigaciones con pacientes a quienes se les filmó con la cámara kirlian —que detecta el aura, fuente energética luminosa inmaterial que rodea a los seres—, y se determinó que con base en las mediciones de los puntos de acupuntura, el aura se expande al hacer reiki, y esto contribuye a la salud integral. Dahinten comentó que esta terapia no tiene efectos secundarios y puede aplicarse a cualquier persona.
El método para canalizar la energía en el individuo consiste en utilizar las manos en forma cóncava, y así equilibrar los chakras, dependiendo de la dolencia. Cada paciente percibe esta terapia de diferente manera, con hormigueos, cosquilleos, ver luces o sentir calor, pero hay quienes no experimentan ninguna sensación en el momento, pero sí los beneficios después.
El número de sesiones será determinado por el grado de desequilibro de los centros de energía.
Preparación
Antes de someterse a esta terapia alternativa, Dahinten recomendó evitar comer productos cárnicos, lácteos o alimentos envasados —por los preservantes que contienen—, y preferir frutas y vegetales. Para que el cuerpo, mente y espíritu reciban de mejor forma estos beneficios, la terapista sugirió llevar una dieta más rica en frutas y vegetales, practicar yoga o ejercicios de respiración.
Beneficios
El reiki ha ayudado a reducir las molestias del cáncer, cuando se nivelan los chakras del paciente. Esto permite que el sistema inmunitario se fortalezca y así potencializar las células que combatirán a las cancerígenas. Se trabaja, especialmente, la energía de los riñones, con el paciente en posición relajada.
Siete chakras
Estos círculos de energía están ubicados en siete lugares del cuerpo, y lo que busca el reiki es que permanezcan equilibrados entre 40 y 60. El primero está a nivel de los genitales; el segundo, en el ombligo; el tercero, arriba de este; el cuarto, en el corazón; el quinto, en el cuello; el sexto, entre los ojos, el séptimo, arriba de la cabeza.
Se aplica a todo
El reiki puede aplicarse a plantas, animales y comida. Cuando se cocina, se le envía energía a los alimentos para que nutran mejor. En el Día Mundial del Reiki (20 de septiembre) se pide llevar una botella con agua para cargarla de energía y no se bebe completamente, para que se vuelva a llenar y así aprovechar las vibraciones.