REGISTRO AKÁSICO
Traspié
El retiro de la mesa de discusión para ajustar el presupuesto de ingresos y gastos, por parte del futuro gobierno, demuestra una baja capacidad técnica y programática. Se puede disentir, decidir un rumbo que nadie siga o sumarse a lo existente; lo que no se puede es carecer de propuesta.
El gobierno tiene una crisis financiera importante, pero no es una situación inédita o jamás enfrentada. En muchas partes del mundo ha sucedido algo parecido. En el caso de los grandes países de Oceanía se enfrentó con decisión. El manual para orientar a la burocracia se convirtió en ejemplo de una nueva gestión pública, en el caso de Nueva Zelanda, o la adaptación gubernamental a nuevas funciones como sucedió en Australia.
Estos ejemplos repercutieron en la administración de Bill Clinton, que reorganizó el gobierno federal para enfrentar la privatización de Reagan y los problemas económicos que no pudo resolver George Bush padre.
Los gobiernos pueden asumir diferentes actitudes frente a una crisis: Galicia asumió el ajuste como recorte presupuestario. Redujo el número de municipalidades, terminó con los grandes subsidios a costa de la quiebra de grandes astilleros y consiguió reanimar la economía apoyando a los pequeños y medianos empresarios. Cataluña se niega a ello.
En Barcelona hay tres trenes subterráneos: el de cercanías, el rodalíes y el metro. Todos se dirigen a los mismos lugares y triplican el servicio. Existe una negativa a enfrentar el recorte de subsidios y se apaña a los pasados dirigentes corruptos. La culpa se le echa al resto del país y se considera que con una medida política se resolverán los problemas económicos. El movimiento independentista crecerá con el ahondamiento de la crisis económica.
Chipre incautó los fondos de ahorro. No eran solamente nacionales, sino también de extranjeros; rusos, en especial. Todos los depósitos mayores de 100 mil euros sufrieron una quita del 47.5%; en cambio, los ahorradores recibieron acciones del banco; o al menos, la promesa. Bonita forma de mostrar el carácter parasitario del Estado, como se diría en el marxismo clásico.
En el país la señora Zelaya, que ojalá no se enoje con este comentario, recomienda hipotecar el país a los capitales extranjeros, pues el interés es más bajo que el nacional. Lo que no dice su think tank es que el cobro es tremendamente más espeluznante que el de los banqueros locales. Después de la insubordinación argentina, los financieros internacionales necesitan una prueba de fuerza y qué mejor que un pequeño país sin posibilidad de defensa ante las potencias. ¡Malos consejos para el próximo gobierno!
Cada “tanquero de ideítas” tiene su propuesta. Si se oye a todos, no se sacará nada en claro. Se debe tomar un camino. Lo que no se puede es esperar que el maná baje del cielo, porque hace mucho que no llueve café, salvo en las canciones de Juan Luis Guerra.
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