Q’A NO’JB’AL
Superar obstáculos
El 16 de noviembre de 1989, durante el gobierno de Alfredo Cristiani, en El Salvador, fueron asesinados seis sacerdotes jesuitas (Ignacio Ellacurìa, Ignacio Martìn-Barò, Segundo Montes, Juan Ramòn Moreno, Armando Lòpez y Joaquien Lòpez y Lòpez, y dos empleadas domésticas: Elba Ramos y Celina Ramos). Este imborrable hecho fue cometido por un pelotón del batallón Atlacatl de la Fuerza Armada de ese país, bajo las órdenes del coronel René Emilio Ponce. Todos ellos comprometidos con el pueblo pobre salvadoreño y desde donde elaboraron muchas reflexiones, que hasta ahora no dejan de ser actuales.
Para la situación que hoy vivimos en Guatemala, creo importante algunos aportes de estos hombres que no solo se dedicaron al trabajo pastoral, sino que además aportaron a la ciencia y sobre todo a las ciencias sociales de América Latina y particularmente de Centro América. Entre todos estos aportes, hoy me parece importante el ensayo de Ignacio Martín- Barò; “La desideologización como aporte de la psicología social al desarrollo de la democracia Latinoamericana”.
En el mismo retrata la situación de Centro América de ese entonces y la que no ha cambiado en mucho, y al retratarla dice: “Habrá entonces democracia, al menos en el sentido original del término, allá donde un pueblo posea y ejerza la autoridad suprema e independiente para regir su vida y su destino. Consiste, por tanto, la democracia en un sistema de regulación de la vida social, en el cual el poder y la autoridad de gobernar no está, por consiguiente, en las formas a través de las cuales se ejerza el poder, o en los mecanismos mediante los cuales se determine ese ejercicio; la esencia de la democracia estriba en el ejercicio del gobierno por el mismo pueblo gobernado”.
Para Martìn-Barò, los obstáculos para construir democracia en nuestros países: “a) una estructura económica subdesarrollada, dependiente, desigual e injusta, que hace que mientras una élite minoritaria acapare la mayoría de los recursos nacionales, las grandes mayorías se encuentra en situaciones de miseria y marginalidad; b) regímenes políticos de carácter autoritario y represivos, cimentados sobre la oligarquía económica y dirigidos por militares o fachadas civiles, formalmente elegidas en votaciones más o menos representativas; más o menos libres, pero que no proporcionan poder real; c) Un control hegemónico de los Estados Unidos sobre las determinaciones fundamentales de los sistemas económico y político en función de la “seguridad nacional” norteamericana; d) Importantes movimientos de oposición popular”.
El mensaje dirigido a psicólogos sociales, y válido hoy para todos nosotros, es un llamado para que nos asumamos desde la perspectiva de los pueblos, profundizando el conocimiento de nuestra realidad y comprometiéndonos críticamente en un proceso que dé al pueblo el poder sobre su propia existencia y destino. Este es el reto ante un nuevo gobierno que no tiene rumbo.
ajpop2004@yahoo.es