En la entrevista, publicada en el sitio web de CNN , la joven estimó que durante los cuatro años que permaneció sometida a traficantes de personas fue violada unas 43 mil 200 veces por unos 30 hombres al día, los siete días de la semana.
Como suele suceder en los casos de trata de personas y abuso sexual, Karla fue seducida cuando apenas era una niña de 12 años por un hombre amable, encantador y que la llenó de regalos; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que ese mismo hombre que la enamoró la “instruyera” para atender a los clientes en busca de sexo.
A partir de entonces, según sus palabras, su vida se convirtió en un infierno, según menciona en la entrevista con CNN , fue llevada a prostituirse a Guadalajara, una de las ciudades mas grandes de su país, donde debía cumplir con largas jornadas de atención a los “clientes”.
“Empecé a las 10 a.m. y terminé a la medianoche. Estuvimos en Guadalajara durante una semana. Hagan cuentas. Veinte por día, durante una semana. Algunos hombres solían reírse de mí porque yo lloraba. Tenía que cerrar mis ojos para no ver qué me estaban haciendo, así no sentiría nada”, relata.
El martirio de Karla desnuda la cadena de corrupción e impunidad de funcionarios mexicanos, ya que, según su relato, en una ocasión durante la clausura de uno de los hoteles clandestinos donde trabajaba junto a otras menores de edad, un grupo de policías grabó videos de ellas en posiciones comprometedores e incluso, las amenazaron con enviárselos a sus familias.
Finalmente, en el 2006 Jacinto fue rescatada durante un operativo contra el tráfico de personas en Ciudad de México y ahora mantiene la esperanza de que su cruel historia contribuya a erradicar ese flagelo.