HORRORES IDIOMÁTICOSY ALGO MÁS
Esas tildes
La RAE y la ASALE cambiaron ciertas normas de acentuación gráfica en su última Ortografía y muchas personas aún no las conocen.
Titivillus, mi amigo diablillo (ya he mencionado que nació en el Medievo, o Medioevo, para castigar los “deslices” —en lo que a “desaciertos” se refiere, desde luego,— de los frailes y las monjas que omitían partes de los cantos en el coro o se quedaban dormidos y los de los amanuenses que se comían partes de lo que copiaban o las transcribían mal) ahora anda por ahí, ayudándome a pescar gazapos y se apareció en mi estudio con un memorial firmado por los inconformes que se quejan contra las doctas Academias de la Lengua por haber cambiado las normas a las que estaban habituados. —Te hago entrega de este documento signado por más personas que las que asistieron a votar en la segunda vuelta— me dijo. Le di un vistazo al “tamagás” (localismo por “escrito o discurso largo y tedioso”) y lo primero en que fijé mi atención fue en la cantidad de reclamos por haber suprimido la tilde diacrítica de “sólo”, cuando es adverbio equivalente a “solamente”.
“Me pregunto cómo va a saber alguien que oiga o lea: ‘Juan Chapín viajó solo a Europa’ si el hombre iba solo, sin compañía, o sí únicamente viajó a Europa y se privó de conocer otros continentes”, rezaba una de las protestas que Titivillus tenía subrayadas. —Pues, ¡caramba!, —le respondí a este— basta con cambiar una sola palabra del contexto: Puedes decir que Juan Chapín viajó solamente a Europa y asunto aclarado, o si quieres ser un poco más explicativo, aunque menos elegante, di que Juan Chapín viajó solo, solo a Europa. En ese caso estás especificando que iba solo (adjetivo), es decir, sin compañía y que no fue a ningún otro lugar que no fuera el viejo continente, aunque viéndolo bien, se podría pensar que solamente a Europa viajó solo y a otros lados fue acompañado. Titivillus se me quedó viendo con cara de pocos amigos y me espetó: “ ‘Güizache’, porque a abogada no llegas, deberías ser tú, enredas más las cosas que muchos leguleyos. Equivocaste la profesión”.
También la supresión de la tilde en los demostrativos cuando funcionan como pronombres “este/a, ese/a, aquel/la y sus plurales (“me gusta más este” por “me gusta más éste”) ha causado molestias, aunque no se preste a confusiones. Los determinantes nunca se han tildado: “este libro, aquellas chicas”, como tampoco los neutros “eso, esto, aquello” que carecen de plural. La razón de las Academias para no tildar el adverbio “solo” y los demostrativos mencionados es que las palabras graves terminadas en vocal, ene o ese no se acentúan gráficamente. En el caso de “aquel/la” el término es agudo no terminado en vocal, ene o ese, con plural “aquellos/as”, grave terminado en ese, razones para no tildarlo.
Titivillus se enojó porque el memorial no tuvo mi apoyo, pateó con uno de sus casquitos el suelo y como había venido desapareció.