REGISTRO AKÁSICO
Las mismas mañas para amedrentar a votantes
Salió temprano para aprovechar el día. Sin embargo, una fila de automóviles, con sus vendedores ocasionales al lado, lo detiene y le hace formarse para esperar el turno de avanzar. Se trata de un bloqueo de carretera. La falta de un representante de la autoridad lo deja sin información sobre el suceso y tiempo estimado de espera. Los camioneteros, sinónimo de abuso, marchan por el carril contrario para congestionar el frente de la fila, detenida por piqueteros. Tampoco en el lugar de la interrupción a la vía pública se encuentran, generalmente, representantes de la autoridad para asegurar la situación o al menos evitar desórdenes violentos.
En los múltiples obstáculos al derecho de locomoción no existe orientación, apoyo o auxilio de las autoridades nacionales. No se llama a reprimir. Pero tampoco debe haber pasividad del Gobierno. Nunca negarles a los ciudadanos cansados de no recibir atención a sus quejas el impulso de acciones de protesta cercanas a sobrepasar lo legalmente permitido. Se reclama el cuidado gubernamental para reducir los daños causados a los ciudadanos, así como la moderación de los demandantes. La falta de acción del Gobierno lleva a la irresponsabilidad creciente de los protestatarios.
' Se llama a rechazar las amenazas de producir de nuevo los siniestros actos ilegales del pasado.
Antonio Mosquera Aguilar
En las últimas actividades bajo impulso de algunos militares en retiro hay señales alarmantes. El enfrentamiento armado cesó hace más de 30 años. Los actores deben tener una edad mínima de 50. No obstante, en los piquetes existen personas jóvenes, veinteañeros, cuya presencia se explica por la adulteración de una demanda donde se esconden motivos políticos espurios. Los piquetes son formados con facinerosos de los pueblos cercanos, motivados por la paga prometida por un revoltoso militar en retiro. No son un reclamo personal. Las amenazas de explosionar bombas contra la ciudadanía, asesinar o desaparecer a sus contrarios, son dichas sin escrúpulos por los participantes, incluso en el edificio del Congreso de la República. Se trata de una evidente reproducción de las arengas dichas por los contratantes del piquete.
La Guerra Fría y el enfrentamiento armado son un asunto del siglo XX. Quienes impulsan discursos contra el comunismo buscan confundir y ganarse a los que viven en el pasado. La falta de cultura política, sumada al pietismo artificial, persigue captar incautos. Mientras tanto, se arman trampas para manipular la voluntad en las elecciones venideras. Ya no se bloquea la calzada Roosevelt de la capital, sino carreteras, que provocan filas de varios kilómetros. El causante es el mismo sujeto social, un predicador del abuso, de la represión, en busca de ingenuos votantes por reacción. Utiliza perversas operaciones de falsa bandera para manipular conciencias.
Además, sirve para consumo de los desubicados izquierdistas. Al confundir a unos cuantos exmilitares con la institución armada se agrede a los actuales integrantes. También aquí se busca agravar la enfermedad infantil de la izquierda para sembrar la desconfianza y desmovilización. Los desactualizados vuelven a viejas consignas, sin advertir que el tiempo ha pasado. Se impide la modernización del programa de cambio social y económico.
En ese mar revuelto, medra la manipulación, para provocar una elección dirigida por aviesos resentidos que todavía buscan alcanzar sus ambiciosas metas corruptas. Frente a la falta de ancla ideológica en los partidos políticos actuales, se les encadena a luchas donde las demandas se sostienen por la desinformación. La denuncia debe ser directa y clara, no hay lugar para el odio forjado en el pasado