La medición de la efectividad de las transferencias monetarias condicionadas se efectuó en los municipios priorizados por el Pacto Hambre Cero, en base a encuestas disponibles.
En esa información, se encontró que el grupo prioritario es el que contempla a familias con más niños y con menos recursos económicos, pero el beneficio llega a un segundo grupo, el que, aunque si tiene necesidad, esta es menor a la del primero.
Este programa social fue inaugurado durante la adminstración de Álvaro Colom con el nombre de Mi Familia Progresa, a cargo del Consejo de Cohesión Social dirigido por la exesposa del exmandatario, Sandra Torres. Con el cambio de Gobierno el nombre de las transferencias condicionadas cambió a Mi Bono Seguro.
Las familias en pobreza y pobreza extrema que tienen hijos menores de 6 años reciben Q150 para cumplir con el requisito de salud y las familias con hijos entre los 6 y 15 años pueden recibir Q150 para educación.
El GAED también reveló este jueves que la desnutrición crónica tiene un impacto directo en la repitencia y deserción escolar en el primer grado de primaria, y que la tendencia es que las niñas que sufren desnutrición son las que registran más sobreedad en ese año escolar.
Información insuficiente
El estudio del grupo también pretendía establecer la efectividad del Pacto Hambre Cero, sin embargo, se explicó que la información al respecto no está completa, pues la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional no ha presentado la tercera encuesta de evaluación de impacto de este pacto.
Sobre las encuestas previas, presentadas en el 2013 y 2014, los expertos de GAED señalan que son insuficientes para establecer el impacto real del programa, pues sus grupos de estudio varían de una a otra y existe información que no corresponde entre ellas.