Según expertos del Insivumeh, la ceniza se debe a la falta de viento y cielo despejado, típico de la temporada de fin de año, por lo que no descartan que esta continúe cayendo durante tres meses. El viento corre a siete km por hora, de sur a norte.
Entre las peculiaridades del este coloso figura su ubicación, adherido a las faldas del volcán Santa María, Quetzaltenango.
Según la historia, este también se distingue por su nacimiento a principios del siglo XX, provocado por una erupción en el ya mencionado volcán Santa María.