REGISTRO AKÁSICO

20 de octubre

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Existe una reivindicación nostálgica de esas políticas que está fuera de lugar. Las empresas estatales monopólicas se han revelado incapaces de trascender su funcionamiento rutinario. Véase a la Usac, en su gigantismo esconder su mayor debilidad. La propuesta de reforma es clara: aceptar la formación de varias universidades públicas que se autogobiernen, con proyectos académicos diferentes que compitan para demostrar las bondades de su orientación filosófico académica.

Peor es la situación del IGSS, con la recurrencia de fraudes y mala administración. Es una entidad pensada para inicios del siglo XX, que como muerto viviente camina tronchando las esperanzas de los trabajadores formales. El IGSS necesita de cirugía mayor: separar las pensiones, invalidez, vejez y sobrevivencia de los servicios de salud. Tales prestaciones debieran ser administradas por una entidad financiera pública o a la manera de Banrural. Para los servicios de salud se debiera observar el modelo mexicano: una entidad pública con administración mayoritaria de patronos y obreros, y otra dirigida a los trabajadores del Estado. Obviamente en coordinación con hospitales públicos y privados. No obstante, la inercia y falta de capacidad política solo propone políticas de recorte presupuestario, sin tener idea de una reforma de todo el sector autónomo del Estado.

La promesa frustrada por los hermanos Dulles y los agentes de la CIA formó un grupo terrateniente que no dudó en ensangrentar al país para que nada cambiara. Hoy, solo pequeños sectores de la agricultura logran modernizarse. Se observa el error histórico de frustrar la reconversión rural por medio de la intervención extranjera. Lamentarse no consigue nada. Se necesita una coordinación de políticas como propone con alguna rudeza la Ley de Desarrollo Rural Integral, seguramente depurada de las inconstitucionalidades servirá a ese propósito. No obstante, ya es tarde, pues la agricultura no ocupará a la mayoría de la población.

La conmemoración subraya un valor permanente, el 20 de Octubre permitió vivir en un ambiente de libertad política. Tardó casi 50 años en volver a producirse, por lo tanto vale el feriado.

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ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.