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¿Por qué las series y películas de asesinatos llaman la atención?

¿Qué vivieron para volverse tan insensibles? ¿Cómo diseñan los planes para realizar actos tan atroces y llevarlos a cabo -en algunos casos- sin ningún remordimiento? ¿Los criminales nacen o se hacen? ¿Qué los vuelve asesinos seriales?… y así, la lista de preguntas crece.

Actualmente Mindhunter tiene disponibles dos temporadas en Netflix, de diez y nueve capítulos respectivamente. 
(Foto Prensa Libre: Netflix)

Actualmente Mindhunter tiene disponibles dos temporadas en Netflix, de diez y nueve capítulos respectivamente. (Foto Prensa Libre: Netflix)

Para algunas personas, la mente de los asesinos resulta enigmática y llamativa. Tanto que a veces, se enganchan cuando se trata de series o películas relacionadas a temas criminales.

Los casos de asesinos varían y no todos llegan a ser tan sonados y mediáticos como el de Charles Manson, por ejemplo, pero la atracción y morbo que generan es innegable.

¿Se ha preguntado qué sucede con su mente cuando está expuesto a violencia? Presenciarla estimula todo tipo de emociones que pueden ir desde la repulsión hasta el placer. El veredicto de cada persona es único porque la percepción de la violencia está sujeta a muchos factores, entre ellos la configuración neurológica e incluso factores sociales, pero el más determinante es la estructura base de personalidad.

¿Por qué la violencia gráfica llama la atención?

Charles Manson fue condenado a cadena perpetua por varios asesinatos (Foto: Hemeroteca PL).

Acorde al psicólogo Jorge Rodas, existen dos explicaciones para la atracción que las personas pueden sentir hacia contenidos de este tipo. La biológica, asociada a la liberación de adrenalina y testosterona (sea en hombres y mujeres) asociada al miedo y a las experiencias humanas límite, que para algunos puede ser el paracaidismo, bungee, parkour o el rappel, para otros es la comodidad aparente de una sala de cine. Y la psicológica, que según Rodas es más compleja, porque implica mecanismos de catarsis (liberación emocional), y también estrategias de afrontamiento ante el entorno violento como la esperanza de un final feliz, la necesidad de venganza hacia los “villanos” y más.

Según una investigación realizada por la BBC, una de las explicaciones más provocativas del atractivo de los asesinos en serie es que permiten satisfacer las fantasías más vengativas de los televidentes sin que tengan que actuar ni sentirse culpables.

“Nos podemos enganchar a este tipo de películas o series por la identificación con el victimario, con el policía que lo persigue o con las víctimas. Hay ocasiones en las que no deseamos que el villano sea detenido”, comenta el psicólogo Javier Ortiz.

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También enfatiza que no es lo mismo que una persona vea una serie sobre asesinatos a que busque videos de personas reales siendo abusadas o violentadas, porque cuando se ven series o películas se sabe que todo lo que está en la pantalla no es más que ficción y normalmente muestran imágenes tolerables. “Si alguien busca satisfacción de forma compulsiva en ver sufrir a otros o en ver a alguna otra persona ejerciendo daño real, es señal de alerta”, agrega.

El psicoanalista Manuel Velásquez concuerda con esta última afirmación. “Es razonable que tengamos la capacidad emocional de tolerar este tipo de imágenes porque el ser humano tiene un nivel bastante primitivo que hace que la violencia hasta cierto grado nos parezca aceptable. El problema es cuando la violencia en sí misma, como por ejemplo la que ocurre en un linchamiento, le produce satisfacción a una persona. Esto implicaría un rasgo perverso”.

Además, explica que otro caso alarmante es cuando las personas perciben la violencia brutal como algo socialmente aceptable o normalizado; cuando se ve como una solución, una forma natural de resolver algún problema.

¿Se puede ser adicto a las imágenes de violencia explícita?

Acorde a Ortiz, no existe adicción a este tipo de fotografías o videos, pero sí hay personalidades adictivas y quien la tenga se puede enganchar a diversidad de objetos como el alcohol, drogas, parejas, o al ocio. Toda adicción tiene una función, principalmente la identificación, el placer y la evasión, y se vuelve clínica cuando una persona ya no funciona socialmente por sostener apego con un objeto determinado (reduce sus horas de sueño o pierde el interés por socializar con tal de ver estas películas o series).

Para la adicción, independientemente de su causa, existen muchos modelos de abordaje y se recomienda asistir a centros especializados en los que se pueda determinar cuál es el mejor tratamiento para un caso específico.

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