El religioso Steve Markle le pidió que la acompañara al escenario y le preguntó cuál había sido la propina más generosa que había recibido. La muchacha respondió que fue de US$10.
Entonces Markle le dijo que el mensaje del servicio había sido sobre la generosidad, de modo que la congregación aportó sus ofrendas a la repartidora. Esta rompió a llorar de la emoción al saber que eran más de US$1 mil.
The Columbus Dispatch reportó que la congregación concluía una serie de sermones sobre el tema “Estaba en la quiebra. Ahora no”. La iglesia atrae de 500 a 600 personas cada semana.