En sus declaraciones, Flaim dijo que había trabajado en escuelas y comprendía a los niños.
“Por desgracia, hay niños que buscan afecto porque no reciben ninguno en casa. Y puede que quizá encuentren a algunos sacerdotes. Y comprendo esto”, dijo.
Por otro lado, dijo que no podía comprender la “enfermedad” de la homosexualidad.
La archidiócesis dijo que se “disociaba por completo” de las palabras de Flaim.