El letrado no pudo precisar cuántos días tardará la niña en fallecer, pero estimó que tendrá “un final dulce, un poco más fácil que la vida que ha tenido”.
Andrea, de 12 años, está aquejada de una enfermedad neurodegenerativa irreversible y sus padres habían solicitado el viernes a un juez que se pronunciase sobre su petición para que le fuese retirado el “soporte vital”.
A mediados de septiembre, un comité de ética del Complejo Hospitaliario Universitario de Santiago de Compostela, en el noroeste de España, había recomendado retirar dicha alimentación artificial a Andrea y considerar la sedación paliativa.
Pero el equipo de pediatría del hospital se negaba a hacerlo, ante lo cual los padres de la niña decidieron la semana pasada llevar el caso a los medios.
En fase “terminal”, la enfermedad “no va cada vez a menos, de hecho en estos dos años tuvo unos episodios muy malos, desde septiembre de 2014 fue cuando comenzó a deteriorarse”, agregó.
“El caso de mi hija no es de eutanasia, el caso de mi hija es que ya llegó a su final y no la dejan ir”, había insistido en el canal privado de televisión La Sexta.
Tras presentar la solicitud en el juzgado el viernes, el padre, Antonio Lago, aseguró a Cadena Ser: “La niña sigue mal con picos de dolores fuertes. Yo aquí estoy para luchar por la muerte digna de mi hija. Me resulta indignate que tengamos que llegar a esta situación”.
“Ya se puede ir tranquilamente y sin sufrir”, había dicho Ordóñez pidiendo la desconexión de la pequeña y su sedación.