¡Ubíquese!
Muchas de ellas son trabajadoras del hogar y maquileras. Al fin de esos minutos, hay un cambio: quienes desfilan siguen siendo enanas. Ahora doblan la altura de sus antecesoras pero miden 1 metro con 8 cm. (le llegan a su cintura). Pasa el tiempo y el desfile se pone aburrido. Ese “chaparral” sigue pasando sin cambios. Hay más diversidad de género, pero siguen predominando mujeres. En su mayoría son jóvenes: secretarias, meseras, mensajeros, vendedores y albañiles…
Ya avanzado el desfile, después de 37 minutos de estar viendo enanos(as) desfilando, usted nota que los marchantes empiezan a crecer marginalmente y no es sino hasta el minuto 46 cuando ve (por fin) a alguien de su estatura. Son maestros(as), contadores, receptores, algunos ejecutivos-as de ventas y jóvenes universitarios de los call centers. No son muchas, pues después de 1 minuto con 20 segundos llega un grupo de personas un poco más altas, miden 1.77 m, quienes desfilan por 7 minutos más.
Al minuto 55 de haber empezado el desfile de mayoritariamente enanos vuelven a pasar otras personas desproporcionadas, según su perspectiva. Esta vez son más hombres que mujeres. Gigantes que miden 2 metros y medio, y marchan por 4 minutos más antes que aparezcan otros todavía más altos 3.82 m. Esta vez son profesionales. Algunos con cargos ejecutivos en empresas y otros propietarios de negocios medianos. Otros(as) son políticos y funcionarios públicos de cargos altos.
Pero pasan por 3 minutos hasta que les suceden otros gigantes ¡de 9.14 metros! (El alto de dos elefantes), que marchan por un minuto. Si se descuida y parpadea, se pierde de lo más extraño y el cierre del desfile: En los últimos 42 segundos pasan pocos pero altísimos personajes. Hereditariamente deformes. ¡Miden más de 15 metros! Son, por regla, hombres criollos o extranjeros (ninguna mujer ni indígenas). Son terratenientes y/o dueños de la mayoría de industrias oligopólicas y de casi toda la tierra en el país, muchos católicos y casi todos emparentados entre sí. Hay un par de pastores que se estiraron lucrando con la fe, algunos son “nuevos gigantes”, que por políticos corruptos o delincuentes ahora están en esa cola anormal del desfile. Muchos son descendientes de gigantes que hace más de 200 años desfilaban también en esos segundos.
En este desfile, si usted mide menos de 9 metros no cuenta en las decisiones nacionales y empresariales trascendentes. Es presa fácil a ser distraída, manipulada o comprada por los gigantes. Lejos de ellos, en el desfile, usted solo ve a sus iguales. Si logra salirse le dirán, molestos: “¡Ubíquese! Aquí no hay lugar para usted. Si nació enano(a) así se queda”.
Samperez1@gmail.com