“La persona que quiere fundir el piso de concreto en su casa para tener una vida más cómoda, no va a poder pagar el incremento de hasta Q5”, argumentó el ejecutivo.
Según explicó, ya se había demostrado que durante su vigencia anterior, el impuesto había impactado en la industria de la construcción. Así, el crecimiento que se esperaba para este año, de entre 4% y 4.2%, podría ser de solamente el 3%.
Según Llarena, a pesar del cobro, el sector creció. En el caso de las ventas de vivienda ahora son menores, porque el precio subió por efecto del incremento en el impuesto al cemento.
“Se debe pensar bien en dónde se suben los impuestos, porque en el caso del cemento, es algo que le pega a la familia guatemalteca”, afirmó el presidente de la CGC.
El empresario exhortó al Congreso de la República, al decir: “Lo que no pueden y lo que no se vale es que otra vez vayan a tratar de meter nuevos impuestos o cambios a las leyes, como hicieron el año pasado, porque ya se les demostró que fueron ilegales”.
Trujillo manifestó que el lunes recién pasado presentó a la Dirección Legislativa la iniciativa de ley, la cual buscaría generar ingresos para rubros como educación y salud.
La Corte de Constitucionalidad (CC) suprimió este mes el pago de Q5 por cada bolsa de 42.5 kilogramos de cemento, por juzgarlo inconstitucional.