Con lágrimas en los ojos se encuentran muchos guatemaltecos que han tenido alguna relación con el honorable y excelentísimo Embajador de Taiwán en Guatemala, Adolfo Sun, quien se retira después de muchos años de trabajo tesonero en nuestro país. El Embajador Sun ha sido un ejemplo de vida para muchos. Su apoyo en muchos temas es motivo para darle las gracias por esa calidad humana y profesional.

Sin embargo, hasta hace unos días, el Embajador Sun mostraba en su semblante una gran tristeza y frustración pues se iba sin culminar la ampliación de la carretera al Atlántico en su tercer tramo entre Sanarate y El Rancho, después de haber terminado el primer y segundo tramos entre Guatemala-Agua Caliente hasta Sanarate. Por la tardanza del Congreso en aprobar y ratificar la donación de 50 millones de dólares y 50 millones de préstamo, iba a perderse la ayuda. A nueve días de su partida, la gran sorpresa fue que los diputados finalmente respondieron con 105 votos a favor, 18 votos en contra y 35 legisladores ausentes, y acto seguido fue aprobado el decreto 1-2015, recibido con aplausos en el Parlamento.

Me quedé estupefacta pensando en estos 18 votos en contra. ¿De quienes eran? ¿Habrá diputados tan egoístas que no quieran una carretera del primer mundo para nuestra nación? Lo digo pues la ampliación contribuye a reducir el tiempo de viaje a 18 kilómetros por hora, e incide en gastos menores de gasolina. Lo que más me alienta es que la licitación internacional la hacen junto a la Embajada de Guatemala en Taiwán, en un proceso transparente y con garantía de excelencia, siendo la Constructora Taiwanense que gane la que ejecute el proyecto, sin posibilidad de que haya “mano de mono” local. Por tanto esfuerzo del Embajador, ahora solo falta que pongamos en marcha la Unidad de Trasplante de Hígado Vivo, pues Taiwán envió a médicos guatemaltecos de prestigio a especializarse a Taiwán. Será la primera Unidad de Trasplante de Hígado en todo Centroamérica. No dejemos ir la oportunidad.

Ese mismo día fue aprobada por el Congreso la ley Probosque —bajo el decreto 2-2015—, la que ampliará los beneficios y programas actualmente bajo los Incentivos Forestales. Indudablemente, esta ley tendrá impacto social, ambiental y económico, especialmente en el área rural, generando empleo e ingresos a familias rurales. Para la implementación de Probosque se tendrá que elaborar un reglamento, fortalecer el equipamiento del INAB y divulgar la ley. El presupuesto general de la Nación deberá ser ajustado para garantizar los fondos de estos instrumentos, incluyendo el fondo nacional de cambio climático. Durante la reunión de la Convención de Cambio Climático —COP 21— en París, Francia, Guatemala se lucirá con su propuesta de contribución a la reducción de emisiones y la fijación de carbono; siendo su pilar fundamental Probosque.

Felicito a los diputados que hicieron bien en aprobar la ampliación de la carretera, y la ley Probosque. Pareciera que llegó el ángel de la guarda al Congreso a velar por los verdaderos intereses de la Nación. www.tropicalrainforest.org

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