Pero el imán As-Salam Ayman M.K. Altaramsi denunció “discriminación” a sus creencias religiosas.
“Sacrificamos animales una vez al año para donar la carne a albergues como parte de nuestras costumbres religiosas”, dijo a medios locales.
Cuando la Policía llegó al lugar el jueves en la tarde, 25 corderos ya habían sido sacrificados en la pequeña mezquita en un barrio residencial de La Paz.
Un vecino alertó a las autoridades al ver los corderos vivos en dos camiones en pleno centro de la ciudad.
“Hay una normativa, no se puede matar animales para consumo humano en cualquier lugar”, alegó Zambrana.
La comunidad musulmana es reducida en Bolivia.
La Festividad del Sacrificio rememora la voluntad del profeta Abraham de sacrificar a su hijo como acto de obediencia a Dios según un pasaje del Antiguo Testamento que también recoge el Corán.