LIBERAL SIN NEO

Rendimientos de escala

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El término “rendimientos de escala” se refiere a la relación entre el uso de insumos o recursos y la producción resultante. Suponga un proceso de producción que emplea un recurso llamado “mano de obra”, que genera una cantidad de producción. Ahora suponga que se duplica la cantidad de mano de obra empleada. Si la cantidad producida también se duplica, se dice que hay rendimientos constantes de escala. Si en este caso, la cantidad producida resultante es menos del doble, hay rendimientos decrecientes a escala y si la cantidad producida es más que el doble, hay rendimientos crecientes a escala. De forma más general, si se varía el uso de los insumos de una manera proporcional, los rendimientos de escala identifican si la producción o resultado varía en la misma, menor o mayor proporción.

El concepto de rendimientos de escala es de uso común en la métrica de métodos de producción pero rara vez, si es que alguna, se utiliza para evaluar el rendimiento o resultado del gasto público. ¿El gasto público debe producir resultados? ¿Estos resultados son medibles y pueden ser comparados entre períodos? ¿Si aumentan los recursos del gobierno en una determinada proporción, en qué proporción aumenta lo que, en teoría, “produce” el gobierno? Es frecuente escuchar que el gobierno necesita más recursos y hay quienes argumentan que todos los males de la pobreza se deben a que el gobierno no dispone de suficientes fondos. ¡Si tan solo el gobierno tuviera más recursos, las necesidades del pueblo podrían ser atendidas!

Llevemos esta línea de reflexión un poco más lejos. En el 2005, el Gobierno de Guatemala obtuvo ingresos tributarios de Q23.3 mil millones y gastó Q28.5 mil millones. En el 2014, los ingresos tributarios fueron Q49 mil millones y el gasto fue de Q60.8 mil millones. En diez años el gasto público pasó de Q28.5 mil millones a Q60.8 mil millones: el aumento fue de 113%, más del doble. La pregunta obligada es, ¿en ese mismo período, lo que “produce” el gobierno aumentó en 113%? ¿Menos de 113%? ¿Más que 113%? Los ingresos tributarios se duplicaron y más. ¿Lo que “produce” el gobierno se duplicó?

Un aspecto que se desprende de esta pregunta y de su respuesta, es que el gasto público y por extensión los ingresos tributarios, tienen rendimientos decrecientes de escala. Aumentar el gasto público no parece estar asociado a aumentos proporcionales en lo que dicho gasto está llamado a “producir”. Esto no necesariamente significa que no sea conveniente aumentar los ingresos tributarios y el gasto público. Pero sí subraya que la calidad del gasto, la forma en la que se utilizan los impuestos y se ejecuta el gasto, es incapaz de producir mejoras por la simple vía de aumento en el nivel de recursos. Vale notar que estas reflexiones no toman cuenta la inflación ni el aumento en la población, pero esto no invalida el principio.

Se conoce el precario estado del sistema de salud pública, las grandes deficiencias en la educación estatal y la rampante criminalidad y falta de seguridad. Hay un justo clamor por mejorar los servicios públicos. Todos los órganos estatales y sus apéndices claman por más recursos. El complejo aparato estatal es como un hoyo negro que traga recursos y no se ve luz. A estas alturas tiene que ser evidente que más recursos tributarios y más gasto público no van a producir cambios sustanciales. Son los modelos, las formas, la “tecnología de gobierno”, los que tiene que cambiar. Antes de que aumente el gasto público, tiene que mejorar su productividad.

fritzmthomas@gmail.com

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).