ALEPH

¿Es justa la justicia tardía?

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Tres estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala fallecieron el 31 de marzo de 2012, en horas de la noche. Desde entonces, sus padres y madres no han dejado de buscar justicia. Ayer, miércoles 15 de mayo de 2019, debió realizarse la audiencia de conclusiones del juicio oral y público para esclarecer la muerte de Naomi Lara Orellana, Juan Carlos Velásquez Marroquín y Ángel Rodolfo de León Palacios. Esta séptima audiencia fue cancelada por razones de salud de una de las partes, y reprogramada para el próximo 30 de mayo. Solo para recordar, el hecho sucedió mientras los jóvenes realizaban una actividad de conteo de nidales de cocodrilos en un canal que está dentro de las instalaciones de la minera CGN, en la reserva Setal, municipio de El Estor, departamento de Izabal, a orillas del lago del mismo nombre. La actividad era parte de una gira de estudios obligatoria para los estudiantes, organizada por la UVG.

El profesor de la UVG delegó la actividad al biólogo de la CGN, ahora acusado de homicidio culposo. Los tres fallecieron ahogados, siendo el único sobreviviente el biólogo de la CGN, quien ha declarado que de los cuatro que iban en la lancha, solo él no llevaba chaleco salvavidas, que los estudiantes no llevaban olor ni señales de consumo de alcohol cuando abordaron la lancha y que la embarcación dio vuelta al pararse la joven, motivo por el cual todos cayeron al agua. Esta versión quedó desmentida hace ya un tiempo atrás, durante la reconstrucción de los hechos.

Sin embargo, hay una serie de hechos “raros” y contradicciones que motivaron a los familiares de los tres jóvenes a seguir adelante con este juicio, a pesar del agotamiento, del insoslayable dolor, de la indignación y de todos los recursos maliciosos que han intentado usar en su contra. El cuerpo de la joven fue llevado al centro de salud, supuestamente con vida, pero en el centro de salud aseguran que ella había fallecido antes de llegar allí. Sin embargo, los otros dos cuerpos de los jóvenes aparecieron hasta el día siguiente, bajo el agua, ambos sentados y con un fuerte golpe en la cabeza. Según el informe de ambas necropsias de los jóvenes, el golpe fue propinado con un objeto romo y con una fuerza sinética suficiente como para provocar hematoma subgaleal e inconciencia. Y según informe de necropsia practicada a la joven (el cuerpo fue llevado a la morgue por trabajadores de la CGN), ella tenía moretes en las piernas y no le hicieron prueba de violación.

La denuncia fue planteada por los padres y madres de los fallecidos en mayo de 2012, pero el juicio inició hasta en enero de 2019, debido a que tanto la UVG como la CGN plantearon gran cantidad de recursos y amparos tratando de retardar o detener el proceso, argumentando que no tienen responsabilidad. En esa etapa la minera se apoyaba en el juez de primera instancia que llevaba el caso, Aníbal Artiaga, señalado de beneficiar a la minera en muchos casos, y quien fue recusado en el proceso. Hoy, el proceso está a cargo del juez Jesús Felícito Mazariegos.

' Valientes los padres y madres, valientes las familias que esperan del juez Mazariegos lo que es justo.

Carolina Escobar Sarti

Durante el juicio declararon padres y madres de familia que buscaron a sus hijos en las instalaciones de la minera, y cinco valientes compañeros que participaron en la misma actividad. Según ellos, esa noche se les informó que sus compañeros habían desaparecido, pero cuando trataron de ayudar a buscarlos, el personal de la CGN lo impidió.

Declararon también varios empleados de la minera, quienes dieron versiones casi idénticas entre sí. Uno aseguró, incluso, que esa noche había olas de dos metros de alto en esa orilla del lago, pero el informe de la base naval indica que el mar tenía oleaje nivel 1, lo cual significa que el agua estaba sumamente tranquila. Con olas de dos metros de alto, la población del Estor habría enfrentado serias inundaciones. Y así podríamos seguir relatando hechos “raros”.

Valientes los padres y madres, valientes las familias que esperan del juez Mazariegos lo que es justo. Tres jóvenes salieron un día de sus casas para dar un paso más en sus proyectos de vida y aportar a construir un mundo mejor. Que la justicia los haga vivir para siempre.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.