Reconoce que esto solo fue el inicio de un largo camino en materia electoral que le permitió obtener muchas satisfacciones, entre ellas el apoyo de una población que quería cambios de forma y fondo.
Detrás de este abogado, que conoce como la palma de su mano el Derecho Electoral, hay un ciudadano que apoya las transformaciones a fondo de Guatemala, cuya sociedad necesita unirse para encontrar una solución que permita la equidad en el país.
¿Cuál fue su experiencia al frente del Registro de Ciudadanos cuando fue creado el Tribunal Supremo Electoral?
El Tribunal fue creado en 1983 como el organismo encargado de realizar elecciones libres y transparentes en el país. Recuerdo que su primer presidente fue el abogado Arturo Herbruguer, quien le dio a la institución prestigio y peso moral. Era la primera vez que los ciudadanos participaban en una consulta popular, y fue gratificante que acudieron a las urnas para elegir a los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente en 1984 para reformar la Constitución Política, que databa de 1965.
¿Por qué se convocó a una Asamblea Nacional Constituyente?
En 1983, (Efraín) Ríos Montt fue derrocado por el general (Humberto) Mejía Victores, por esa razón se convocó la asamblea en 1984, que emitió una Constitución en 1985, la cual entró en vigencia el 14 de enero de 1986, con la toma de posesión de Vinicio Cerezo. El nuevo texto constitucional contenía temas de Derechos Humanos, individuales y sociales, también se incluyó a las comunidades indígenas y medio ambiente; otro punto fue el derecho a la huelga. Asimismo, se creó el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural, la Procuraduría de los Derechos Humanos, las garantías constitucionales y la defensa del orden constitucional.
¿Qué diferencia hay entre ese proceso de 1983 y las elecciones de 1985?
Fue un avance, porque la elección de los poderes del país estaba en manos del ciudadano a través de las votaciones. En el tiempo de Cerezo eran cinco años como presidente, luego vinieron otras elecciones y asuntos que pusieron a prueba al Tribunal Supremo Electoral.
¿Cuál fue esa primera prueba del TSE?
El conocido Serranazo, después de Cerezo. Se convocaron de nuevo a elecciones y quedó el Partido Movimiento de Acción Solidaria. El presidente electo fue (Jorge) Serrano Elías, cuyo partido también ganó las elecciones municipales en su mayoría, lo cual hizo que se sintiera fuerte y rompiera el orden constitucional.
¿Cómo enfrentó esa situación el TSE?
Serrano Elías suprimió la Corte Suprema de Justicia y otros organismos, pero dejó al Tribunal Supremo Electoral; en este tiempo yo ya era magistrado titular. Cuando empezó esto nos juntamos con los magistrados para dialogar. Serrano Elías pidió hablar con nosotros, lo citamos en el TSE, y todos los magistrados optamos por escucharlo y no opinar nada. Él justificó su conducta y respondimos que enviara todo por escrito.
¿Esta fue una situación complicada para el TSE?
Sí y no. Primero porque nosotros respetamos la ley. Luego de la visita de Serrano y la carta, redactamos la respuesta, y en ella decía que el TSE no lo reconocía como presidente porque rompió el orden constitucional. El creyó que lo apoyaríamos, pero los magistrados nos apegamos a la ley como debe ser. Luego asumió Ramiro de León Carpio y fue electo presidente por el Congreso.
¿Por qué se convocó a otra consulta popular?
Esto se hizo para reformar la Constitución. Fue positivo, ganó el sí, con poca afluencia porque hubo abstinencia. En esta reforma se promulgó que el mandato del presidente fuera solo de cuatro años y que el Banco de Guatemala no le diera dinero al Estado, entre otras enmiendas.
¿Cómo fue su experiencia cuando el general Ríos Montt quiso inscribirse como candidato a presidente de la República?
Sostengo que uno se debe apegar a la ley. A Ríos Montt se le dieron varias negativas para ser inscrito como candidato a presidente. El artículo 186 de la Constitución establece que no podrán optar al cargo de presidente o vicepresidente, el caudillo ni los jefes de un golpe de Estado, revolución armada o movimiento similar que haya alterado el orden constitucional, ni quienes como consecuencia de tales hechos asuman la jefatura de Gobierno. Ríos Montt asumió la jefatura de Estado como consecuencia del golpe de Estado del 23 de marzo de 1982, que alteró el orden constitucional, por lo cual está comprendido dentro de las prohibiciones constitucionales.
¿Entonces la ley si funcionó en ese caso?
La ley funciona, el problema es no tener orden a la hora de citarla y aplicarla; después de la negativa a Ríos Montt, su partido propuso a Alfonso Portillo como candidato presidencial, quien ganó los comicios de ese año. Ese fue mi último proceso electoral.
Durante su gestión se presentaron casos de campaña anticipada. ¿Cómo resolvió el TSE?
En 1995, durante el mandato de Álvaro Arzú había un programa televisivo oficial que se llamaba Avances, que daba a conocer las obras gubernamentales. En ese canal hicieron propaganda política a favor de Óscar Berger, que era candidato presidencial.
El tribunal los amonestó, cerramos Avances y no hubo rebeldía. Los partidos respetaban las decisiones del Tribunal.