Previamente, los sujetos fueron sometidos a exámenes de salud y completaron cuestionarios para que los investigadores pudieran comprender sus factores de riesgo como el estrés, sus temperamentos y el consumo de alcohol y cigarrillos.
Sus hábitos de sueño se midieron a lo largo de una semana antes del inicio del estudio, durante la cual permanecieron en un hotel de la zona de Pittsburgh (Pennsylvania, noreste) .
Mientras estaban recluidos en el hotel, los investigadores administraron el virus del resfriado por medio de gotas nasales y luego fueron monitorizados durante una semana para ver si desarrollaban la gripe.
Los resultados mostraron que aquellos que habían dormido menos de seis horas por noche durante la semana eran 4.2 veces más propensos a contagiarse en comparación con los que durmieron más de siete horas. Quienes durmieron menos de cinco horas fueron 4.5 veces más propensos a enfermarse.
“La falta de sueño es más importante que cualquier otro factor para predecir la probabilidad de resfriarse”, explicó Aric Prather, profesora asistente de Psiquiatría en la Universidad de California en San Francisco, y autora principal del estudio.
“No importa la edad, sus niveles de estrés, su raza, educación o ingresos. Tampoco importa si es fumador. Aún teniendo en cuenta todos esos parámetros, la cantidad de sueño fue el factor más importante”, aseguró.
Estudios precedentes han relacionado la falta de sueño con enfermedades crónicas, la muerte prematura, los riesgos de enfermarse, los accidentes automovilísticos, los desastres industriales y los errores médicos.
Uno de cada cinco estadounidenses duerme menos de seis horas en promedio, de acuerdo con una encuesta 2013 por la Fundación Nacional del Sueño.