ECLIPSE
La incertidumbre
El dilema en que nos encontramos en esta coyuntura es digno de someterse a un verdadero nigromante. Es tan difícil pronosticar qué sucederá de hoy para mañana, mucho menos especular sobre las elecciones y qué nos espera después de los comicios, pero sobre todo, después del 14 a las 14.
Son muchas las fuerzas legales, legítimas e incluso ocultas que están propugnando diversas reivindicaciones: la renuncia inmediata del Presidente, que se agilicen las resoluciones de los antejuicios y otras acciones legales presentadas, que se realicen cambios legales urgentes, que haya transformaciones del sistema, que no se lleven a cabo las elecciones, etc. Por lo tanto, su concreción es incierta.
Esta semana es crucial. Se ha especulado incluso que el Tribunal Supremo Electoral va a tomar decisiones drásticas en contra de los partidos que han infringido la ley, aunque declaraciones de algunos de sus integrantes han señalado que primero deben cumplirse los requisitos legales, entre ellos agotar el debido proceso antes de proceder a la cancelación de un partido.
Algunos esperan que el binomio de Líder quede descartado por el TSE si el candidato a la Vicepresidencia es desprovisto de su inmunidad, haciéndolo, según muchos, no idóneo para el cargo, lo que colocaría a su dirigente máximo en un verdadero aprieto, pues no podría correr solo por la primera magistratura, situación inaceptable para alguien que, hace solo unos meses, ya actuaba como el Presidente electo.
En este caso habría que imaginar las acciones que podría tomar y que pondrían a prueba su liderazgo y control sobre su partido, ya que si el resto de candidatos puede participar, tendría que medir el apoyo y movilización que harían para respaldar una eventual protesta ante el escenario que lo excluye solo a él de la contienda.
Si su partido es cancelado, otra demanda recurrente, hay que prepararse para las reacciones de sus candidatos a puestos de elección popular y de la estructura partidaria, pues es imposible que permanezcan apacibles ante la posibilidad de perder la enorme fortuna que han invertido y, sobre todo, el acceso al poder político del Estado.
Muchos temores inquietan a sectores que han unido sus voces, esas que antes eran discordantes, sobre todo en lo que a bloqueos y acciones de hecho se refieren. Hoy la dirigencia del Cacif y del CUC coincide tanto en la protesta como en la exigencia de renuncia del Presidente. Para los campesinos, que siempre han sido contestatarios y opuestos al sistema, este proceder y demanda son naturales, pero para el empresariado, que se sentaba semanalmente a discutir con el Presidente la situación del país, es inédito, pero ineludible, sobre todo ahora que Pérez Molina, al ser abandonado por el capital tradicional, se ha aliado con sus adversarios, el capital emergente, que les disputa nichos de lucro y de incidencia. Todo está por verse.
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