CABLE A TIERRA
Martes blanco
Un sindicalista conocido ampliamente como aliado de este gobierno corrupto movilizó a sus huestes en la oscuridad para bloquear las entradas del Congreso. Los trabajadores no podían entrar, mucho menos los diputados que habían sido convocados a plenaria. Decidir si le quitan o no el derecho de antejuicio a Pérez Molina era la agenda del día.
La jugarreta fue evidente para todos: obstruir el “debido proceso” del cual habló tanto opm en su conferencia de prensa y al cual dijo que se iba a someter. Se defiende con lo que tiene a mano, con lo que le queda: los trabajadores sindicalizados liderados por gente que solo ha contribuido a destruir los servicios públicos de salud y educación del país. ¡Si antes ya no le importaba nada a Pérez Molina, menos ahora! Usando niños, niñas, mujeres, ancianas y ancianos para mantenerse a distancia del brazo de la justicia. ¡Nada nuevo!
El lunes apelaba al derecho de presunción de inocencia. ¡Vaya muestra la que ha dado! Muchos dicen que actúa así porque es kaibil, pero ese tipo de cuerpos de élite en el Ejército suelen tener un código de honor. No creo que comportarse como cobarde forme parte del mismo. El honor de la institución suele ser más importante que el destino individual; esto se ha revertido. Queda en entredicho. Seguro que la gente digna dentro del Ejército no puede estar viendo todos estos eventos con buenos ojos.
¿Para qué movilizar sus huestes? ¿Acaso ya no tenía total certeza de que sus compinches del patriota lo iban a acuerpar? ¿O será que Líder ya no le ve el mismo valor estratégico a mantenerlo en su puesto? ¿Ya cayó en la categoría de prescindible, de estorbo? Algunos pensamos que sí, que ya se cumplió la meta alrededor de la cual convergían los intereses de una gama variada de los actores sociales y los partidos políticos —llegar al 6 de septiembre a las elecciones— y que justificaba mantener al presidente en el puesto, a pesar de la evidencia por la cual el MP lo quiere investigar. Luego del domingo, su destino será cada vez menos relevante para los intereses en juego; menos para nosotros, la ciudadanía, que queremos que sea investigado. Menos para él, que seguirá peleando por sobrevivir hasta el 15 de enero y refugiarse en el Parlacén.
Este martes venía vestido de negro. Pareció que revivían los años ochenta del siglo pasado. ¡Pero no! La ciudadanía activa está haciendo la diferencia: su actitud cívica, su modo pacífico, su determinación y perseverancia están sembrando presente y futuro. La presión social está haciendo que funcionen algunos de los mecanismos institucionales aun y cuando la cleptocracia, que los ha moldeado a su mejor conveniencia, resiste todo lo que puede.
Con valor encomiable, muchos ciudadanos llegaron a las afueras del Congreso y formaron una valla humana, abrieron un camino y escoltaron a los diputados adentro. En lugar de palos, llevaron rosas blancas y entregaron una a cada diputado; rosas como esas que se solían poner otrora en el Monumento a la Paz en el Palacio Nacional de la Cultura y que nos recuerdan constantemente que queremos vivir en paz y que esta solo se logra con justicia y con equidad; que los métodos ya no son la violencia, ni el odio, ni la intimidación, ni la amenaza.
Esta columna ya no logró registrar si Líder apoyó o no con sus votos la remoción del derecho de antejuicio a opm. Espero no equivocarme, pienso que sí lo hará. Y que mañana estaremos celebrando que el MP podrá, finalmente, dar el siguiente paso.