Los habitantes de Alaska llevan años llamando informalmente a la cumbre Denali, y el gobierno federal ya no reconocerá el nombre en honor al 25 presidente de Estados Unidos, William McKinley, que nació en Ohio y fue asesinado al principio de su segundo mandato.
“Debido a nuestro propio sentido de veneración por este lugar, cambiamos oficialmente el nombre de la montaña a Denali en un reconocimiento de las tradiciones de los nativos de Alaska y el firme apoyo del pueblo de Alaska”, dijo la secretaria de Interior, Sally Jewell.
Reaccionan
Políticos de Ohio reaccionaron con enfado a la medida, aunque no estuvo claro de inmediato si podían impedir el cambio o cómo lo harían. El congresista Bob Gibbs, republicano por Ohio, dijo que McKinley merecía ser honrado e invitó a sus colegas a unirse a él para intentar bloquear lo que calificó de “extralimitación constitucional” de Obama.
El anuncio tuvo lugar antes del inicio de la visita de tres días que Obama efectuará a Alaska, con la que busca reimpulsar su llamado a favor de la adopción de medidas para afrontar el cambio climático.
Para frustración de algunos republicanos de Alaska, la Casa Blanca ha coreografiado la visita a fin de realzar el derretimiento de los glaciares y los peligros que afrontan otras maravillas naturales muy preciadas en Alaska a causa, según Obama, del incremento de las temperaturas.
Sin embargo, la visita de Obama también estará orientada a mostrar la solidaridad del mandatario con los pueblos originarios de Alaska que enfrentan enormes desafíos económicos y han advertido que el gobierno federal no les brinda ayuda suficiente.
En su primera escala tras llegar a Anchorage el lunes, Obama tiene previsto una sesión en la que escuchará a nativos del estado.
El presidente también tiene previsto anunciar nuevas medidas de asistencia para las comunidades originarias de Alaska el miércoles, cuando se convierta en el primer gobernante estadounidense que visite la zona ártica de la región.
Con una altura de casi 6.194 metros, la montaña es la más alta del continente americano y continúa elevándose un promedio de un milímetro cada año, según el Servicio de Parques Nacionales.
Famosa por sus paisajes majestuosos, la montaña tiene glaciares, su cumbre está cubierta de nieve todo el año y los fuertes vientos en el lugar son todo un desafío para los pocos aventureros que se atreven a escalarla.