Deporte Nacional

Erick Barrondo, una apuesta arriesgada

Erick Barrondo, la estrella del atletismo guatemalteco, estaba inscrito en el Mundial de Pekín para correr los 20 y los 50 kilómetros, pero no estuvo por decisión estratégica el domingo en la carrera corta, apostando todo a la carta del sabado en los 50, a todo o nada.

Fue en los 20 kilómetros donde Barrondo se consagró con la plata olímpica de Londres-2012, pero también donde ha ido viviendo varias decepciones importantes desde entonces.

En el anterior Mundial, hace dos años en Moscú, quedó descalificado cuando tenía la plata en sus manos y luchaba por el oro, y luego también fue eliminado en los últimos Centrocaribes y en los Panamericanos.

“Prácticamente la descalificación fue a menos de 200 metros de cruzar la meta. Veníamos luchando por la medalla de plata, pero al final no se logró. Las descalificaciones forman parte de la marcha”, se resignó Barrondo el pasado mes tras ser descalificado de los 20 kilómetros marcha en los Panamericanos de Toronto, cuando tenía en la mano un lugar en el podio.

Pudo desquitarse luego con una medalla de plata en los 50 kilómetros marcha en la ciudad canadiense, igual que hizo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz (México) en el pasado mes de noviembre, cuando también fue eliminado en los 20 kilómetros marcha por acumulación de amonestaciones. En los 50 kilómetros, días después, curó las heridas con un oro.

La mala racha de eliminaciones en 20 kilómetros en grandes citas había empezado ya en el Mundial de Moscú-2013, donde Barrondo llegaba como uno de los grandes favoritos, avalado por su histórica plata de un año antes de los Juegos Olímpicos de Londres-2012.

El atleta chapín, que ahora tiene 24 años, quedó eliminado en los 20 kilómetros en la capital rusa cuando faltaban apenas dos kilómetros para el final y estaba luchando con el ruso Aleksandr Ivanov por el oro.

“Arriesgué demasiado. Podía quedarme con la plata, pero arriesgué por el oro. Quedándome con la plata podía haber terminado la competencia, pero quería más y fui a darlo todo”, admitió entonces a la AFP en Moscú, con voz débil por la decepción y una bolsa de hielos en una mano.

“Uno, claro, nunca va a aceptar las descalificaciones porque es algo que al que compite sienta mal, pero la marcha es así y hay que aceptarlo. Fui a atacar porque quería el oro, soñaba con eso. Podía haberme quedado la plata como el año pasado, pero no hay que pensar más”, añadió entonces.

Un Mundial en pareja

El 'Principito' del deporte guatemalteco sufrió entonces uno de los golpes anímicos de su todavía corta carrera.
Hubiera conseguido la primera medalla de la historia de su país en un Mundial de atletismo, donde el mejor resultado nacional también está en su poder, con el décimo puesto que consiguió en la edición de Daegu-2011.

Ahora, en los 50 kilómetros, quiere demostrar que ha evolucionado y que también puede aspirar a estar entre los mejores en esa distancia.

La plata olímpica en Londres convirtió a Barrondo, que ya había triunfado unos meses antes en los Panamericanos de Guadalajara (México), en una estrella en su país y ese 4 de agosto de 2012 cambió para su siempre su vida. En Pekín cuenta con el apoyo de su esposa y compañera del equipo guatemalteco, la también marchista Mirna Ortiz, con la que lleva más de dos años de convivencia y que también buscará dejar alto el honor de su país en este Mundial.

En el ránking de resultados del año en los 50 kilómetros marcha llega en un discreto 45º puesto, con el crono de 3 horas, 55 minutos y 57 segundos que consiguió en los Panamericanos de Toronto para quedar segundo, sólo superado por el ecuatoriano Andrés Chocho.

“Me he preparado bien. Tal vez no de la mejor manera, pero he hecho una preparación aceptable”, explicó en una reciente entrevista con la AFP.

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