Pero Bowman indicó haber visto de primera mano los efectos que pueden tener estas aguas contaminadas sobre los que estén expuestos a ella.
“En términos de la calidad del agua de la natación en aguas abiertas, sí, tengo grandes preocupaciones acerca de ello”, dijo Bowman antes de los Campeonatos de Natación de Estados Unidos, que comenzaron en San Antonio (Texas) este jueves.
“Me pasó cuando entrené a una joven para los Juegos Panamericanos de Rio-2007, y ella volvió y ha estado enferma el resto de su vida con una enfermedad que altera la vida”, dijo.
Bowman estaba hablando de Kalyn Keller, que terminó cuarta en la prueba de 10 km de aguas abiertas de las mujeres en los Panamericanos de Rio-2007, y luego fue diagnosticada con la enfermedad de Crohn, un padecimiento inflamatorio intestinal.
La enfermedad la empujó a una jubilación anticipada de su carrera en 2008. Bowman dijo que Chip Peterson, quien ganó la plata en aguas abiertas de los hombres en esos mismos Juegos, también ha tenido problemas de salud.
Pocas semanas después de la prueba en Río, Peterson se enteró que tenía colitis ulcerosa, que le dio episodios intermitentes de dolor abdominal, diarrea, fiebre y pérdida de sangre.
“La misma cosa”, dijo Bowman. “Así que sé de primera mano que es grave. Tienen que hacer algo al respecto”.
El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, insistió esta semana que un triatlón olímpico de calentamiento celebrado el fin de semana con la prueba de natación de la playa de Copacabana de Rio, demostró que “todo va en la dirección correcta”.
Pero Peterson y Keller están convencidos de sus problemas de salud se deben a sus chapuzones en las aguas de Rio, aunque el primero -quien se ha sometido a tres cirugías- todavía está compitiendo.
El nadador de 27 años ganó el oro en los 10 km de los Juegos Panamericanos de Toronto el mes pasado, y está tratando de reservar un viaje de regreso a Rio el próximo año.