CATALEJO
El peligro de errar cerca de elecciones
COMO TODA BATALLA, UNA elección se puede ganar o perder como resultado de acciones decididas y realizadas cuando falta poco tiempo y por ello es difícil o imposible recuperarse de los efectos negativos. A veces son sucesos ajenos, sin posible control. Por ejemplo: los atentados terroristas de Madrid fueron muy cerca de las elecciones del año 2004 y no permitieron hacer nada por el voto de castigo originado entre los ciudadanos indecisos. Este riesgo siempre existe, en todo país. Pero algo distinto ocurre cuando nada incontrolable sucede, y la derrota o una dramática reducción de los simpatizantes ocurre por metidas de pata del equipo asesor, del grupo encargado de la propaganda y, sobre todo, de quien no escucha.
AL HACER UN ANÁLISIS sereno de las acciones desarrolladas por Manuel Baldizón durante la campaña y especialmente en las últimas semanas, se ve con claridad cómo su estrategia, en general, ha sido contraproducente. Ejemplos: su frase “le toca” fue capturada por los adversarios de las redes sociales, y reenviada con un “no le toca”. Fracaso propagandístico. La afirmación de su supuesta victoria electoral en la primera vuelta, simplemente no pegó y debió ser eliminada. Su escondida alianza con el Partido Patriota se evidenció claramente e incluso haber tenido mayoría en la comisión del Congreso para decidir el antejuicio de Otto Pérez Molina, se volvió una brasa y ha debido ordenar silencio y medidas dilatorias a sus dóciles diputados.
LA TESIS DOCTORAL COPIADA y absurdamente permitida por la Universidad de San Carlos también le trajo una alforja llena de desprestigio. Su afirmación de haber recorrido diez veces el país, fácilmente fue derrumbada, así como su anuncio de llevar a cien mil personas a la capital para apoyar al binomio, apresuradamente convertida en una vigilia a causa de la reacción generalizada de miedo ante las acciones violentas sugeridas como una posibilidad, de la misma manera como Ríos Montt lo hizo con las huestes acarreadas para el Jueves Negro. A ello debo agregar un mensaje dirigido a mí y al periodista Haroldo Sánchez, director de Guatevisión, en el cual se quejaba de una supuesta y paranoide creencia de ser víctima de una conspiración.
PARA AUMENTAR LA PESADILLA, la solicitud de eliminarle el antejuicio a cuatro de sus diputados, y al candidato vicepresidencial, presentada por el Ministerio Público y por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), provocó un hecho aún posible: la eliminación de su binomio en las elecciones. Ante ese panorama, es entendible la preocupación porque sus propias encuestas —las reales, no los falsos datos de sus publicaciones— demuestran una notoria tendencia a disminuir el número de adeptos. Sin embargo, nada fue tan contraproducente como su presentación en CNN con la entrevista realizada el miércoles por Fernando del Rincón.
SU ATAQUE PERSONAL CONTRA Iván Velásquez y la Cicig, creó una reacción internacional de apoyo a ambos. La OEA calificó la entrevista concedida a él como una cortesía, es decir, jamás de apoyo. Y la entrevista con congresistas es dudable. Debió haber oído a quienes lo instaron a no ir a Washington. Los políticos de otros países hechos a su beneficio, pero si mienten con descaro se suicidan políticamente. Anoche recibió más estocadas del comisionado Velásquez en CNN. Aun considerándolo quien encabece el resultado de septiembre, tendrá una cifra muy difícilmente superior al 32% obtenido en el 2011 por Pérez Molina, aunque sea mayor a su inesperado 21.1%.