Fijo: la sociedad guatemalteca ya no es la misma. Gracias a la Cicig y al MP, quedó comprobado cómo funciona la corrupción en nuestro país y eso nos pone en un plano distinto. Es lo que habíamos sospechado y tratado de hacer evidente. Pero ahora tenemos la certeza de que la ciudadanía tiene que aprender a defenderse sola, porque los políticos (¡todos!) son la misma m(ateria prima), y cuando ya están en la guayaba les venimos guango. Eso no tiene vuelta de hoja, pero de nosotros depende cuáles sean las consecuencias.

Desde esta columna he insistido en cuanto al gravísimo daño que se hace cuando los funcionarios de gobierno impulsan, apoyan y defienden proyectos riesgosos —aprobados gracias a Evaluaciones de Impacto Ambiental pésimas— que pueden calificarse como criminales, pues generan condiciones peligrosas para la vida de muchas personas. Las enormes pérdidas económicas son lo de menos.

Hay un caso que ha sentado, y parece que seguirá sentando, un importante precedente. La ejemplar Resistencia Pacífica de La Puya se apuntó un éxito histórico, cuando el Juzgado Tercero de Instancia Civil —constituido en Tribunal de Amparo— amparó a los alcaldes auxiliares de las aldeas El Guapinol y el Carrizal; y conminó al Concejo a detener los trabajos de construcción de la mina Progreso VII Derivada, acción que se deberá efectuar en un plazo de 15 días, después de que la resolución de marras quede en firme. Eso significa que habrá que esperar otros amparos, de parte de la compañía minera; y que el proceso puede tardar meses.

El Tribunal de Amparo también ordenó la suspensión de las actividades de construcción de la mina mientras se realiza la consulta de vecinos, orden de cumplimiento inmediato. Se habla del descubrimiento de una licencia de construcción falsificada, lo que debe tener en vilo a los mineros y a sus socios. Admirable la acción del Juzgado Tercero de Instancia Civil, que seguiremos con detalle. Así como observaremos de cerca a los alcaldes que tienen que ejecutar la orden, según el Art. 151 del Código Municipal, porque son vulnerables. Los poderosos mineros aún tienen muy buenos amigos en el gobierno pepe, que mantiene la presencia constante de unos 10 vehículos de la policía (pagados con dinero del pueblo) para “cuidar” a los trabajadores de la mina de las malas miradas de los integrantes del movimiento de Resistencia Pacífica.

Hay otro ejemplo de cómo funciona la corrupción en el informe del sistema de Naciones Unidas sobre la contaminación en La Pasión. Allí están todos los elementos: poderosas empresas, inservibles instrumentos ambientales, incapacidad de las autoridades gubernamentales, extrema vulnerabilidad de las poblaciones. El daño ambiental está hecho, y se sabe quiénes son los responsables, pero no sabemos si ellos van a pagar las consecuencias. Lo que sí sabemos es que —si todo sigue como hasta ahora— no va a pasar nada. Todos los corruptos se tapan con su gigantesca chamarra, en la que nosotros no cabemos. Pero ¿y si se las quitamos? En estas condiciones: voto nulo.