“Me sorprendí al darme cuenta que la mayoría de ropa en las tiendas era para niñas, Entonces decidí agarrar mi máquina y confeccioné unas prendas que le encantaron a mis amigas”, dice.
A los meses nació Nicolás, quien fue prematuro, por lo que tuvo que cangurearlo. Buscó en internet la forma adecuada de hacerlo y encontró una congurera: “era una tela muy simple y no me gustó, entonces me dije: tengo que hacer algo más lindo, donde la mamá y el bebé se vean y sientan bien”, comenta la emprendedora.
Recientemente inauguró su primer quiosco en el centro comercial Miraflores.
Los productos fabricados por la empresa son cien por cien guatemaltecos, con telas exclusivas para la marca, 90% algodón y 10% polyester.
cangureras se producen al mes en el taller, además de otros accesorios. Utilizan más de 10 colores y texturas diferentes.
diseños ha creado la emprendedora, tres diferentes estilos de cargadores y colchitas, baberos, etiqueteros y bolsas para juguetes. Está por crear un nuevo producto.
Sus accesorios se han vendido en todo el territorio nacional, además de Turquía, Canadá, Estados Unidos y Colombia.
Después de algunos intentos y de probar con varios tipos de telas finalizó la creación, que sin saberlo, meses después, sería un éxito para otras familias.
A los ocho días de nacido Nicolás, salieron con el cargador que ella diseñó y fue una buena experiencia. “Los dos nos sentíamos cómodos, casi como en el embarazo, fue maravilloso cargarlo de esa forma, ya que tenía las manos libres para atender a mis otras hijas”.
OPORTUNIDAD
Según la emprendedora, las personas le preguntaban si era mamá canguro, por la forma en que llevaba al bebé, y sin saberlo era parte de una categoría de crianza por apego, por eso decidió darle el nombre de Mamá Kanguroo a su línea de accesorios.
Conforme fue creciendo Nicolás necesitó más accesorios que se adaptaran a su etapa de crecimiento, entonces creó baberos, colchitas y otros tipos de cargadores.
“Mi esposo y amigas me motivaron a compartir estos productos con otras madres y fue así como el 1 de julio del 2014 abrí una cuenta en Facebook para comenzar a promocionar y vender los productos”, dice Vásquez.
Agregó que comenzó con 10 cangureras y la sorpresa fue que las vendió todas ese mismo día. Además, le hicieron varios pedidos.
Sus primeras clientas fueron madres de hijos prematuros, pero conforme innovó la clientela se expandió.
“Nada es imposible, comencé con Q500 y sigo en la lucha, pero es necesario esforzarse y tener claros los objetivos del negocio”, afirma.