Esta declaración de guerra es casi una formalidad, pues desde que asumió la cabeza de la cámara baja en febrero se ha convertido en el principal enemigo de Rousseff y ha trabado muchos proyectos del Ejecutivo. Pero las consecuencias de este giro en la base parlamentaria que apoya al atribulado Gobierno de la mandataria aún están por definirse.
“No hay posibilidad que de que yo como diputado del PMDB acepte que mi parte integre un gobierno que quiere arrastrar a su lodo a todos aquellos que pueden ayudarlo por ser aliados”, añadió.
Cunha rompió además con el gobierno horas después de que un delator en un multimillonario fraude a la estatal Petrobras lo señalara de haber pedido un soborno de 5 millones de dólares.
El diputado negó las acusaciones con “vehemencia.”
Este evangélico conservador de 57 años es uno de los 22 diputados investigados por la fiscalía de la república por el escándalo en Petrobras que costó a la empresa más de 2.000 millones de dólares.
La trama de corrupción involucra a exejecutivos de Petrobras, empresarios y políticos que se habrían coludido para amañar licitaciones mediante sobornos, que engrosaron fortunas personales y financiaron a partidos políticos, incluido el PT y el PMDB.