Eso fue alrededor de un mes después de que Guzmán fue capturado en Mazatlán, México.
Los documentos muestran que en marzo de 2014, agentes en Los Ángeles reportaron una posible operación de escape financiada por otra organización del narcotráfico que opera bajo los auspicios del cartel de Sinaloa, encabezado por Guzmán, y que involucró el uso de amenazas o sobornos a funcionarios de prisiones.
En julio de ese año, la misma investigación reveló que el hijo de Guzmán había enviado un equipo de abogados y personal de contrainteligencia militar para diseñar un plan de escape.
Guzmán escapó por un túnel debajo de la prisión del Altiplano, al oeste de la capital mexicana, la noche del sábado recién pasado.
Analizan medidas tras fuga Chapo
Los altos mandos de seguridad del gabinete discuten las medias a tomar tras la fuga del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín el Chapo Guzmán, un golpe que ha dañado fuertemente la imagen del gobierno mexicano.
El secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong regresó de urgencia desde Francia como miembro de la comitiva del presidente Enrique Peña Nieto que se encuentra de en visita oficial en el país europeo.
Osorio se reunió el lunes con los responsables de seguridad, inteligencia y con la procuradora general de la República, entre otros altos cargos, para evaluar el operativo puesto en marcha para recapturar al capo y las medidas a tomar a partir de ahora.
También acudirá al penal de máxima seguridad del que escapó Guzmán a través de un sofisticado túnel que ha puesto de manifiesto el gran poder del narcotraficante.
Esta segunda fuga del Chapo ha minado la credibilidad del gobierno de Peña Nieto que se negó a extraditar a un criminal con numerosas causas pendientes en EE.UU. y la prensa mexicana ya ha comenzado a plantear preguntas sobre cómo fue posible el espectacular escape y los niveles de complicidad que debieron ser necesarios.