Para empezar señalaremos que existe una Guía Legislativa para la Aplicación de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (ONU, 2008). Las denuncias empezaron a preocupar a la población y finalmente se salió a las calles a protestar; pero para entonces ya nos habían esquilmado. Ahora la corrupción es algo que antes se había excluido de la plática política y social diaria, era algo que no se consideraba. ¿Sabrá la población que es nuestro dinero con el que se están haciendo millonarios los políticos y funcionarios de turno? Que son esos impuestos que se pagan los que van a parar a los bolsillos de una serie de personas a quienes les hemos dado la responsabilidad de administrar nuestro futuro a través del Estado, y esto va desde las administraciones centrales hasta las municipales.

Hay diferentes formas de corrupción, entre las más comunes está el “uso ilegítimo de información privilegiada del gobierno (TV, Prensa y radio), tráfico de drogas, patrocinio, sobornos, extorsiones, fraudes, malversación, prevaricación, caciquismo, compadrazgo, cooptación, nepotismo, impunidad y despotismo. La corrupción facilita hechos criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero y la prostitución ilegal; aunque no se restringe a estos crímenes organizados se apoya o protege otros crímenes”.

Por ejemplo existen programas público-privados cuyo fin es proveer los servicios determinados al Estado (WP: APP – PFI – PPP), pero que se desvían a negocios, como el “Centro Administrativo del Estado” en terrenos de Fegua estatal, sin un análisis primario urbano integral adecuado, en especial con el Centro Cívico el Histórico. Para evitar casos como este, en Colombia se lleva a cabo la Evaluación del Desempeño Integral de los Municipios, que se publica y se difunde en los medios de comunicación. ¿Es así Sr. Iván Velásquez?

Así tenemos que los medios de corrupción son: “Carencia de una conciencia social; falta de educación o de una cultura del compromiso. Paradigmas distorsionados y negativos. Personalidades antisociales y megalómanas. Percepción sesgada del grado de corrupción. Infravaloración de la posibilidad de ser descubierto. Hay elementos que dependen de la sociedad, como la impunidad efectiva en los actos de corrupción. Corporaciones políticas (partidos ¿?), las ONG, comités y otros que se prestan a ser corrompidos. Son modelos sociales que transmiten falta de valores. Excesivo poder discrecional del funcionario público. Concentración de poderes y de decisión en ciertas actividades del Gobierno. Discrecionalidad y escasez de decisiones colegiadas. Soborno internacional. Control económico o legal sobre los medios de comunicación, lo que impiden se expongan a la luz pública los casos de corrupción. Salarios demasiado bajos. Falta de transparencia en la información concerniente a la utilización de los fondos públicos y de los procesos de decisión. Poca eficiencia de la administración pública” (wp).

Finalmente, la corrupción impacta el ambiente político y la gobernabilidad, tal como lo estamos viviendo.