La diócesis de Oslo, que se encarga de los registros de la Iglesia Católica del país escandinavo, está acusada de haber sumado a miles de personas a sus archivos.
Según la acusación, la organización podría haber engrosado el registro de sus fieles en 65 mil personas, con el objetivo de recibir una subvención de 50 millones de coronas (más de 6.5 millones de dólares) entre el 2010 y el2014.
Los católicos romanos habrían doblado su número en cuatro años, pasando de cerca de 67 mil fieles a principios del 2010 a 140 mil a principios del 2014, según las estadísticas oficiales.
En Noruega, un país mayoritariamente protestante, el Estado financia las diferentes confesiones religiosas, de forma proporcional a la cantidad de fieles.
“Nunca tuvimos la intención de hacer algo ilegal” , dijo estev martes el obispo de Oslo, Bernt Eidsvig, al diario Dagbladet.