DE MIS NOTAS

Yo mujer, tú blanco, tú ladino

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De las propuestas de reformas del Tribunal Supremo Electoral a la Ley Electoral y de Partidos Políticos rescato: 1. El voto nulo 2. Una sola reelección de diputados y 3. La activación de los comités políticos para poder postular candidatos a diputados, alcaldes y constituyentes.

Pero la propuesta de “incluir de forma igualitaria a hombres y mujeres indígenas o mestizos en forma proporcional a la composición del distrito electoral correspondiente” conlleva grandes desafíos de interpretación con relación a “cómo y quién” define la etnicidad, mestizaje o ladinización de los que conforman un distrito electoral.

¿Quién otorgará el carnet de pureza étnica? Según el TSE, los beneficiarios de las cuotas lo harían por la vía de una declaración propia, libre y espontánea. ¿No se presta esto para cometer fraude cambiándose el apellido? ¿No es esta una norma racista y sexista, dado que discrimina en función de género y etnia?

El TSE parece haberse quedado en la periferia de la idea de la representación “equitativa” indígena en una supuesta lógica demográfica basada en el padrón electoral.

En el campo de la realidad jurídica los dilemas constitucionales son evidentes. Por ejemplo: ¿Estaría esta propuesta violando el precepto constitucional de “igualdad ante la ley”?

Si a la luz de la Carta Magna todos somos iguales, las cuotas serían desiguales por sí mismas. ¿Cualquier otro sector tendría derecho a una cuota similar? Luego, ¿por qué no incluir al sector de la tercera edad? ¿O minusválidos? O cualquier otro grupo con aspiraciones de ser “más igual”.

La Ley Electoral y de Partidos Políticos como está escrita actualmente no discrimina a nadie. Todos pueden participar libremente, mujeres, indígenas, ladinos y mestizos.

Tácitamente esta norma está degradando a la mujer y al indígena. Implícitamente está comunicando que no son capaces de tomar el liderazgo por sí mismas y que necesitan de ayudas especiales para ganar espacios y así acceder al Congreso.

Como lo escribe en forma magistral Alejandra Morales en una columna de su blog:

“Tengo la libertad de decir esto a pesar de ser mujer. Considero que los derechos especiales no propician unidad, y más bien son una forma de hacer de menos a un grupo de personas; como si fueran incapaces de trabajar para demostrar que sus derechos deben respetarse. Desde mi punto de vista, la igualdad no se obtiene a través de decretos, sino se construye cuando cada persona tiene la libertad de exponer sus talentos y ganarse el respeto de los demás. Tengo la fortuna de conocer diversos casos de mujeres y miembros de la población indígena que han alcanzado el éxito sin necesidad de recibir las limosnas que una ley les pueda conceder. Creo firmemente que los logros que una persona pueda obtener en su vida deben ser producto de su capacidad y no las dádivas que por lástima se otorgan a estos grupos.

“Las cuotas no son la solución. Una representatividad efectiva solo existe en un sistema de gobierno en que el mérito se premia por encima del compadrazgo, en el que la primera casilla del Listado Nacional no se le cede al mejor financista, un gobierno en el que lo puestos claves no los ocupan los cómplices y amigos del Presidente, y en el que la igualdad se mide por el respeto a los derechos de todo ciudadano”. Fin de la cita.

Más claro no se puede…

alfredkalt@gmail.com

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.