“Es una participación (de Estados Unidos) permanente, continua, con dinero, con técnica, con personal, que ha alimentado el conflicto“, agregó Moncayo, exrector de la Universidad Nacional de Colombia.
El otro relator, el académico Eduardo Pizarro, dijo que “Colombia tiene que ponerse a la hora de América Latina“, que ha dejado atrás la violencia como arma política, pero afirmó que su país no debe seguir los pasos de El Salvador y Guatemala, donde el fin de las guerras civiles no acabó con la violencia armada.
“Los colombianos llevamos 50 años matándonos por diferencias de opinión“, expresó Pizarro, quien señaló que espera que este informe de la “Comisión histórica del conflicto y sus víctimas” tenga una trascendencia similar al “Informe Sábato“, elaborado en Argentina tras el fin de la última dictadura militar (1976-1983).
El informe -que en rigor son 12 informes individuales- fue encomendado a los académicos el 21 de agosto pasado con el fin de que sirva de “insumo” para un eventual acuerdo de paz que ponga fin a un conflicto que ha dejado 220 mil muertos y 5.3 millones de desplazados en más de medio siglo, según cifras oficiales.
Once de los 12 académicos hicieron un resumen de sus informes ante las dos delegaciones negociadoras, en un reunión a puertas cerradas de seis horas efectuada en el Hotel Occidental Miramar de La Habana.
El informe fue preparado por prestigiosos académicos colombianos escogidos por ambas partes: Sergio de Zubiría, Gustavo Duncan, Jairo Estrada, Darío Fajardo, el sacerdote Javier Giraldo, Jorge Giraldo, Francisco Gutiérrez, Alfredo Molano, el francés Daniel Pécaut, Vicente Torrijos, Renán Vega y María Emma Wills.
Moncayo dijo que el conflicto colombiano es mucho más amplio que el mero problema agrario: “hay un orden general vigente que unos rechazan y otros tratan de reproducir” .
“Hay unas responsabilidades que desbordan la individualización“, expresó.