El partido, programado contra el club de Enbi, se llevaría a cabo ante público y no a puerta cerrada como ha ocurrido con la mayoría de los partidos en Egipto desde los actos de violencia sucedidos en un estadio en Port Said en el 2012.
Pero el ministerio del Interior había limitado a 10 mil el número de hinchas autorizados a ingresar al estadio, y los billetes se agotaron rápidamente.
En los enfrentamientos también hubo una veintena de heridos, había indicado el ministerio de Salud.
Mena había señalado previamente que los muertos fueron trasladados a una morgue para ser examinados por un equipo de investigadores de la fiscalía.
Los policías utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas y éstos replicaron con fuegos pirotécnicos, según la policía y testigos.
El encuentro se inició media hora más tarde.
En Port Said en febrero de 2012, tras un encuentro ganado por el club local de Al Masry contra el cairota Al Ahly, hinchas de Al Masry atacaron a partidarios del otro equipo, provocando actos de violencia con un saldo de 74 muertos y centenares de heridos.
En otras ocasiones, se han registrado disturbios antes y durante partidos de futbol, pero los de hoy son los más mortíferos desde que el 1 de febrero del 2012 74 personas perecieron y 254 resultaron heridas en choques en el estadio de Port Said entre los seguidores del club local y del Al Ahly, el más popular de Egipto.
Esos sucesos sin precedentes en Egipto llevaron a las autoridades a prohibir la entrada de público a los estadios, aunque ya se ha levantado la mano en los torneos internacionales.
Precisamente el Ministerio de Interior y la Federación Egipcia de Futbol habían llegado a un acuerdo para que ese veto desapareciera a partir de este mes en los partidos de la competición nacional.
El partido entre el Zamalek y el ENPPI, de la primera división de la Liga egipcia, estaba programado para las 19.30 hora local (17.30 GMT) y fue atrasado por los enfrentamientos, aunque finalmente se jugó y acabó en empate (1-1) .